Tras el no rotundo de Ibáñez, el PP duda entre Blasco y Saiz para la alcaldía de Burgos
Poco a poco parece que
va aclarándose el nombre del futuro candidato popular al Ayuntamiento de
la capital burgalesa. Descartados el actual alcalde y su primera
opción, Ángel Ibáñez, este último por su tajante negativa a aceptar el
reto, y Foronda, vetado por el propio Lacalle, el PP tiene otros dos
reservas.
Según ha conocido este CONFIDENCIAL, Rico y
Lacalle han puesto sobre la mesa del presidente regional del PP,
Fernández Mañueco los nombres, y por este orden, de Carolina Blasco,
actual teniente de alcalde en el consistorio burgalés y el de Roberto
Saiz, ex subdelegado del Gobierno y actual jefe de la unidad de Personal
y Régimen Interno de la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y
León en Burgos.
Empezando por el principio, apuntamos que Ibáñez, que era el
elegido por el "brazo divino", se ha auto excluido alegando motivos
personales y familiares, por lo que tendría que pasar algo muy extraño
para que el actual procurador regional cambie de opinión al respecto.
Dicho esto, han entrado en liza Blasco y Saiz, cuyos nombres
ya están en conocimiento del que va a ser candidato popular a la
Comunidad Autónoma. A favor de la primera, figura su currículum como
directora general de telecomunicaciones en la Junta y ocho años como
concejala en temas como Personal, Medio Ambiente, Comercio, Industria,
Turismo, Aguas... En su contra, que ni conoce donde está la sede del PP
en Burgos, algo que no gusta nada a los afiliados de base; que es la
candidata de Promecal, y que dicen de ella, incluso otros concejales de
su propio partido, que no remata ninguno de los proyectos que presenta.
Por lo que al otro aspirante se refiere, tiene en el lado
favorable su proximidad a Fernández Mañueco, con el que ya ha trabajado;
también su experiencia como técnico en diferentes campos de la
Administración, algo que todo el mundo tiene claro serviría para poner
orden en el caos funcionarial en el que se haya inmerso el Consistorio
capitalino, así como, su cercanía al ciudadano (un alcalde tiene que
besar a muchos niños y mayores), algo de lo que carece su teórica
oponente. En el lado desfavorable figuraría que cuenta con escaso bagaje
político, y que él siempre ha dicho que "por nada del mundo" sería
candidato para la alcaldía de su ciudad.
Con este panorama a Mañueco le han dado la patata caliente
para que él se la coma. Desconocemos si D. Alfonso se la pasará a Javier
Maroto, o si finalmente buscan hasta debajo de las piedras un candidato
para romper los pronósticos y las encuestas que no le son nada
favorables al Partido Popular, tanto en Andalucía, como en Burgos.
Fuente: Noticiasburgos.com