Presupuestos 2013: más impuestos, más deuda... y faltan reformas estructurales
Los Presupuestos Generales del Estado para 2013
prevén que la economía española sólo decrecerá un 0,5%, cifra que choca
con el consenso generalizado entre los analistas que estiman caídas del
PIB que sobrepasen el 1%. La estabilidad de la tasa de paro en el
24,3%, tres décimas menos que en 2012, también resulta chocante en un
nuevo año de recesión, en el que seguirá cayendo el consumo tanto
privado como público -este último se reducirá el doble que en 2012- y la
formación bruta de capital caerá un 2,1%. España, entre el optimismo antropológico de Zapatero y el ilusionismo patológico de Rajoy.
Aún
así, del cuadro macroeconómico para el próximo año se deduce un
panorama bastante sombrío. Buena muestra de ello es la evolución de la
deuda pública, en este momento el mejor termómetro para medir la
gravedad de nuestros problemas.
En 2013, uno de cada cuatro euros del gasto presupuestario
-169.775 millones de euros , incluida la aportación a la Seguridad
Social y a las CCAA- se dedicará a pagar los 38.590 millones de
intereses que generará la deuda. Cristóbal Montoro indicó que en
agosto pasado la deuda pública ya representaba el 76% del PIB, con lo
que es más que probable que cierre el ejercicio en el umbral del 80% y
se llegue a rozar el 90% en 2013.
El crecimiento de la deuda, los intereses y las previsiones del
Ejecutivo sobre la evolución a la baja de la prima de riesgo, hacen
pensar que es posible que siga barajando la posibilidad de no solicitar
el rescate a sus socios europeos, pero esto depende en gran medida de la
confianza que sean capaces de suscitar los planes del Gobierno y del
cumplimiento de los compromisos adquiridos.
El ministro de Hacienda dijo ayer que "todavía confía en que se pueda
alcanzar un 6,3% de déficit para el conjunto de las Administraciones
Públicas" en 2012, con el horizonte de bajar al 4,5% al siguiente año.
Pero hay muchas incógnitas. Una de ellas es el comportamiento de la
Seguridad Social, que por primera vez tendrá que echar mano del Fondo de
Reserva -la llamada hucha de las pensiones- para hacer frente a la
compensación que reciben los pensionistas por la desviación de inflación
en relación con la subida de las pensiones. En total, el Consejo de Ministros autoriza a utilizar 3.063 millones de esta hucha para hacer frente a esas obligaciones.
Los Presupuestos también contienen nuevas subidas impositivas.
Especialmente significativo por su impacto recaudatorio es el
establecimiento durante 2013 y 2014 del límite del 70%, que se impone a
la deducción por amortización de las grandes empresas en Sociedades. Con
esta decisión, Hacienda espera recaudar 2.371 millones. Se crea un
gravamen del 20% para los premios de loterías que superen los 2.500
euros, que puede afectar a los ingresos del organismo de Loterías, pero
también a otras entidades como la ONCE.
La nueva tributación por las plusvalías a corto plazo -menos de un
año- rompe la neutralidad fiscal entre los distintos productos de ahorro
y aportará 90 millones a las arcas del Estado. Es cierto que el próximo
año pesa más el recorte en gasto que el aumento de ingresos, pero
venimos de un año de fuertes subidas tributarias.
Una decepción
El Ejecutivo también pone en marcha un conjunto de reformas exigidas por Bruselas
-Olli Rehn declaró que van más allá de lo solicitado- y de las que en
su mayoría se habla hace meses, aunque no se hayan llegado a concretar.
Causa una gran decepción que no se proceda a una profunda reforma del
sector público para eliminar muchas de las duplicidades existentes.
Estos Presupuestos, poco creíbles en sus previsiones, anuncian un
nuevo año de sacrificios sin que quede del todo clara la hoja de ruta
para afrontarlos.
Fuente: Eleconomista