Las críticas empujan a Ibáñez a la renuncia de su jefatura en la UBU
El vicealcalde ha escrito al rector, Alfonso Murillo, comunicándole que es su deseo cesar como responsable de la Unidad de Empleo. Seguirá trabajando allí, pero como técnico
El vicealcalde de Burgos, Ángel Ibáñez, ha remitido un escrito al rector de la Universidad de Burgos, Alfonso Murillo, en el que expresa su deseo de cesar en el cargo de jefe de la Unidad de Empleo de la UBU con vigencia a partir de este mismo lunes. En la misiva también se especifica que no abandonará la plaza como técnico del mismo área, a la que accedió por oposición, sino que se libera voluntariamente de la responsabilidad de dirigir al grupo para que su condición de número dos en el Ejecutivo de Javier Lacalle no levante susceptibilidades acerca de su rendimiento en un lugar u otro.
Ibáñez explica que detrás de esa decisión se encuentran las «redundantes críticas» recibidas por su condición de asalariado de la UBU y vicealcalde. «En realidad, en el Ayuntamiento no me requieren más ahora de lo que me han requerido durante los ocho años que fui concejal de Hacienda, pero parece que al ser nombrado vicealcalde se ha magnificado mi situación laboral», amplía.
Se da la circunstancia de que en el mes de junio abandonó también sus responsabilidades en Caja de Burgos, entidad de la que era vicepresidente, de forma que, en menos de cuatro meses, Ibáñez ha pasado de ostentar dicho sillón, el de jefe de Empleo en la UBU y el de vicealcalde a ser un técnico ‘de a pie’ en la institución docente y continuar su labor municipal.
Lo llamativo es que Ibáñez no cobra un sueldo del Ayuntamiento, algo que sí hacen otros cinco concejales de su grupo, en casi todos los casos con responsabilidades mucho menores que la suya. Esa situación «seguirá siendo así», confirma. Aunque se cierra en banda a dar si quiera una pista al respecto, hasta donde este periódico sabe su ‘nueva’ retribución será equivalente a la mitad de la que percibe un concejal liberado.
Por último, aclara que en la UBU «en ningún momento» se le ha pedido su renuncia porque se entendía su doble condición como una buena línea de comunicación para dos entidades condenadas a entenderse y a ayudarse. «Ese es el motivo por el que me mantuve en mi puesto; porque así me lo pidieron», zanja.
Ibáñez explica que detrás de esa decisión se encuentran las «redundantes críticas» recibidas por su condición de asalariado de la UBU y vicealcalde. «En realidad, en el Ayuntamiento no me requieren más ahora de lo que me han requerido durante los ocho años que fui concejal de Hacienda, pero parece que al ser nombrado vicealcalde se ha magnificado mi situación laboral», amplía.
Se da la circunstancia de que en el mes de junio abandonó también sus responsabilidades en Caja de Burgos, entidad de la que era vicepresidente, de forma que, en menos de cuatro meses, Ibáñez ha pasado de ostentar dicho sillón, el de jefe de Empleo en la UBU y el de vicealcalde a ser un técnico ‘de a pie’ en la institución docente y continuar su labor municipal.
Lo llamativo es que Ibáñez no cobra un sueldo del Ayuntamiento, algo que sí hacen otros cinco concejales de su grupo, en casi todos los casos con responsabilidades mucho menores que la suya. Esa situación «seguirá siendo así», confirma. Aunque se cierra en banda a dar si quiera una pista al respecto, hasta donde este periódico sabe su ‘nueva’ retribución será equivalente a la mitad de la que percibe un concejal liberado.
Por último, aclara que en la UBU «en ningún momento» se le ha pedido su renuncia porque se entendía su doble condición como una buena línea de comunicación para dos entidades condenadas a entenderse y a ayudarse. «Ese es el motivo por el que me mantuve en mi puesto; porque así me lo pidieron», zanja.
Fuente: Diario de Burgos