Lacalle o como ser un alcalde cateto
El alcalde de Burgos, Javier Lacalle, ha vuelto a sacar su faceta
más cateta. El regidor municipal ya nos tiene acostumbrados a sus
paletadas pero no por ello deja de sorprender con sus ocurrencias.
Cuando la ciudad aún no se ha sobrepuesto de su decisión unilateral y
en contra de los informes técnicos de peatonalizar la calle Santander
los domingos y festivos, ahora va y dedica sus esfuerzos a inaugurar un
hito en el Coliseum para recordar que por la “renovada” plaza de toros
ya ha pasado medio millón de personas.
Lo que podría ser algo simbólico y anecdótico, pierde todo su
sentido cuando se hace como le gusta hacer las cosas a Javier Lacalle.
Rodeado de palmeros y con sus habituales ‘gracietas’, el alcalde ha
querido destacar lo bonito que ha quedado el Coliseum gracias su
insistencia.
Eso sí, nada de hablar del gasto que ha supuesto remodelar la antigua plaza de toros municipal del Plantío, ni de todo lo que queda por hacer en ella (que no es poco).
Eso sí, nada de hablar del gasto que ha supuesto remodelar la antigua plaza de toros municipal del Plantío, ni de todo lo que queda por hacer en ella (que no es poco).
Son 10 millones de euros lo que los burgaleses ya han tenido que
invertir en el Coliseum. 10 millones que han servido para un gran lavado
de cara pero que, sin embargo, no han logrado quitar el olor a rancio
(y esto no es solo por la falta de ventilación).
Baños aún sin reformar, una enfermería cuyas obras parecen
interminables, bajantes que se atascan y una climatización que no acaba
de funcionar son solo algunos de los proyectos que aún quedan pendientes
en el Coliseum.
Teniendo en cuenta todas estas deficiencias, no parecería lógico que
un alcalde alardease de dotación. Una teoría que tiene que desecharse
cuando se trata de Javier Lacalle porque él, como siempre, va a lo suyo.
Fuente: Canal54.es