Al servicio de...
Cuando me enfrento a estas líneas aún no se conoce
a ciencia cierta quién será el alcalde que rija los designios de Burgos en los
próximos cuatro años. Los comicios municipales han acabado con las mayorías
absolutas pero los resultados han permitido que entre en juego algo mucho más
peligroso cuando los que se sientan a la mesa de negociación no ansían el
servicio a la ciudadanía sino el sillón que ocupa su opositor. Estamos
asistiendo al mercadeo de nuestros votos. Pese a los discursos de haber
‘escuchado y entendido’ el mensaje y que ansiamos diálogo y cambio, las cabezas
de lista han encabezado una lucha por desbancar a sus oponentes. Al final dejan
traslucir sus verdaderas ansias: ocupar el más alto rango del poder político.
Una buena prueba es la que hemos vivido en la ciudad y que provoca que a estas
horas -aunque la lista más votada sea la del PP y con toda probabilidad Javier
Lacalle reciba el bastón de mando-, no se sepa a ciencia cierta si habrá
sorpresas en el pleno. La número 1 de la lista de Ciudadanos ha cambiado de
estrategia y quiere ser la reina. No mojarse y dejar que Lacalle gobierne, o
ansias de poder, son las dos opciones que uno puede plantearse y sólo ella
sabrá la verdad. Pero lo que trasciende a la ciudadanía no es otra cosa que
vaivenes en las decisiones desde el minuto cero en busca de ese poder no
obtenido en las urnas. Y malo será para esta ciudad si esos vaivenes se
producen habitualmente en los próximos 4 años. La política debe ser servicio al
ciudadano y en algún momento muchos de los que se dedican a la cosa pública
dejan de sentirla como tal y empiezan a jugar con las alas que los votos
parecen darles.
Y mientras esto sucede, como quien no quiere la
cosa se sigue gobernando en el ámbito nacional, y nos sacamos de la chistera un
incremento en las pensiones de las madres que aporten hijos a la Seguridad
Social. ¡Toma ya! Hemos puesto precio a nuestras futuras generaciones. El
contrato viene con letra pequeña. Será a partir de dos hijos y desde 2016. Como
si las mujeres no hubiéramos parido antes ni contribuido a las arcas del
Estado, no sólo con nuestros retoños sino con nuestro esfuerzo laboral. Las
futuras madres estarán obligadas a tener un mínimo de dos hijos para tener
derecho a que su jubilación sea menos mala. ¿Y las demás madres e hijos? ¿y los
padres? Discriminación positiva, dicen. A mi juicio, cortinas de humo para no
cambiar nada, para que mientras el señor director del Banco de España publique
su informe invitando a un incremento del IVA y un abaratamiento del despido,
mientras que él se incrementa el sueldo. No tendrá problemas ni para su
jubilación, ni para su paro. Esto, señores es más de lo mismo. Huelga decir que
el servicio al ciudadano se diluye entre las ambiciones de los que dicen
servirnos
Fuente: Correo de Burgos