viernes, 4 de julio de 2014

EL PROBLEMA DE LA JUSTICIA EN ESPAÑA

Dos jueces ponen la justicia en el basurero

Hay sujetos con toga que pagamos los ciudadanos que deberían irse al basurero del desprecio de la sociedad y deberían vivir entre la ignominia de su propia incompetencia.

¡Qué razón llevaba el alcalde Pacheco cuando dijo aquello de que la Justicia en España es un cachondeo!
¿Se enteran ahora por qué este servicio del Estado es el peor valorado por los ciudadanos?

El juez de la Audiencia Nacional, Ricardo de Prada, se ha retratado con su afirmación de que las penas a los asesinos de ETA son “deshumanas” y “desproporcionadas”. ¡Hace falta tener poca vergüenza y poco conocimiento! Seguramente ignora que lo “deshumano” es que una persona quite la vida a otra en aras de nada. Esto es lo realmente “deshumano” y “desproporcionado”. Ha hecho una ofensa a las Víctimas del Terrorismo que no debería quedar impune; se ha metido en una jurisdicción que no le corresponde y de facto se ha hecho inservible para administrar justicia.

Montoro: no quiero que mis impuestos sirvan para pagar a este tipo de “jueces”. No, no y no.

EL TAL PRESA CUESTA
La escasa calidad de la Justicia en España está alcanzando cotas insufribles en un país civilizado y serio. Porque junto a la politización más que evidente hay casos de incomprensible incapacidad para impartir algo sagrado.
Un juez no puede desconocer lo que la mayoría de la población conoce. Es algo obvio. Hay jueces que desconocen incluso la jurisprudencia del Tribunal Supremo de su propio país que debería ser algo del catón.
He leído una sentencia de Enrique Presa Cuesta, juez instructor de primera instancia en Pozuelo de Alarcón a propósito de la libertad de expresión y el derecho al honor que me lleva las manos a la cabeza. Sinceramente: no entiende nada, no sabe nada, no está informado de nada. Ahora comprendo el interés de los dirigentes políticos y los propios jueces y fiscales por el aforamiento. Teóricamente sirve para librarte de garzones y elpidios, pero me da la sensación de que de estos hay muchos.
La libertad de expresión sobre hechos contrastados y reales (emails de Aznar al presuntamente corrupto y ávaro Blesa, por ejemplo) los conoce todo el mundo en España, incluso mi portera.

¿Alguien en su sano juicio puede pensar que el señor Aznar pide al señor Blesa –al que colocó y sostuvo en Cajamadrid durante muchos años con el solo mérito de haber sido compañeros de piso en Logroño-54 millones de euros cuando el mercado hablaba de 3 para defender la cultura? No. Exigía que se favoreciera a su amigo Rueda. ¿Hace falta haber estudiado leyes en Harvard para entender esto?

Señor Presa Cuesta. Los emails de Aznar a Blesa y el hijo del anterior a Blesa demuestran una contrapartida. De ahí el dolor del vástago. Blesa no atendió las peticiones de su protector. ¿Qué contrapartida? Que le hiciera el favor a cambio de “haberse dejado pelos en la gatera por ti” de adquirir las obras del artista Rueda.

A este tampoco quiero que mis impuestos le paguen el sueldo.
Fuente: Periodista Digital.com