LOS BROTES verdes de los que hablaba Zapatero en los inicios de la crisis, parece que han renacido ahora con el gobierno de Rajoy. Y ni entonces los veía y ahora ni los intuyo. Pero estamos en verano, toca relajarse en la playa para aquel que tenga la suerte de tener unos eurillos en el bolsillo o escatimar algún que otro pago para cumplir el sueño dorado de marcharse de veraneo como todo el mundo.
Y como entramos en la fase del relax, no quiero ser yo una aguafiestas que les hable de la privatización del Registro Civil, o de el genocidio que estamos contemplando impasibles en Gaza, o la violencia Siria.
Tampoco restaré relajación a aquellos que preparan las maletas para huir de la urbe y poner un paréntesis en la rutina del día a día y por ello no abordaré la sinrazón de una ‘Ley mordaza’ que saldrá sí o sí y que penaliza la protesta ciudadana. Bien es verdad que en la tramitación del proyecto se han relajado las penas o multas, pero no deja de ser un atentado a las libertades más básicas que logramos con la democracia. Llegará también la penalización del aborto y, puestos a penalizar, tenga cuidado que una concentración no autoriza es, qué duda cabe, las largas colas de kilómetros de coches que colapsan una carretera porque todos se han puesto de acuerdo para ir a la playa el mismo día y a la misma hora.
Sí, es exageración, pero mi tiempo de relax todavía no ha llegado y aún sigo en la rutina del stress. Me hierve la sangre y me bulle la mente. ¿Quién le dice a usted que no habrá algún iluminado que interprete la ley como siempre se hace? Una concentración no autorizada, es exactamente eso; ¿quien puede impedir esa libre interpretación y exigir a los sufridos concentrados en las caravanas veraniegas de las carreteras que se identifiquen y si no al cuartelillo? Por supuesto, no más de seis horas. Igual para entonces se ha despejado la carretera en cuestión.
Chanzas aparte, debemos pararnos por un momento y pensar qué esta ocurriendo. Mientras que fuera de nuestras fronteras las personas mueren y la comunidad internacional no hace nada más allá de comunicados, advertencias y lamentos, en nuestro país, el Gobierno se dedica a blandir el brazo de su mayoría absoluta para acallar nuestras protestas, para privatizar aquello que podría beneficiar al ciudadano y que ahora tendrá que pagar.
Esos deben ser los brotes verdes de los que hablan. Calla y paga y si no...
Y como entramos en la fase del relax, no quiero ser yo una aguafiestas que les hable de la privatización del Registro Civil, o de el genocidio que estamos contemplando impasibles en Gaza, o la violencia Siria.
Tampoco restaré relajación a aquellos que preparan las maletas para huir de la urbe y poner un paréntesis en la rutina del día a día y por ello no abordaré la sinrazón de una ‘Ley mordaza’ que saldrá sí o sí y que penaliza la protesta ciudadana. Bien es verdad que en la tramitación del proyecto se han relajado las penas o multas, pero no deja de ser un atentado a las libertades más básicas que logramos con la democracia. Llegará también la penalización del aborto y, puestos a penalizar, tenga cuidado que una concentración no autoriza es, qué duda cabe, las largas colas de kilómetros de coches que colapsan una carretera porque todos se han puesto de acuerdo para ir a la playa el mismo día y a la misma hora.
Sí, es exageración, pero mi tiempo de relax todavía no ha llegado y aún sigo en la rutina del stress. Me hierve la sangre y me bulle la mente. ¿Quién le dice a usted que no habrá algún iluminado que interprete la ley como siempre se hace? Una concentración no autorizada, es exactamente eso; ¿quien puede impedir esa libre interpretación y exigir a los sufridos concentrados en las caravanas veraniegas de las carreteras que se identifiquen y si no al cuartelillo? Por supuesto, no más de seis horas. Igual para entonces se ha despejado la carretera en cuestión.
Chanzas aparte, debemos pararnos por un momento y pensar qué esta ocurriendo. Mientras que fuera de nuestras fronteras las personas mueren y la comunidad internacional no hace nada más allá de comunicados, advertencias y lamentos, en nuestro país, el Gobierno se dedica a blandir el brazo de su mayoría absoluta para acallar nuestras protestas, para privatizar aquello que podría beneficiar al ciudadano y que ahora tendrá que pagar.
Esos deben ser los brotes verdes de los que hablan. Calla y paga y si no...
Por Yolanda Pascual
Fuente: Correo de Burgos
