Respiro de dos años para el Consorcio de Villalonquéjar
El Ayuntamiento consigue aplazar el pago de la deuda hasta junio de 2016, momento en el que volverá el fantasma de la disolución
Mientras, hará frente a 11,5 millones de gasto entre pago a expropiaciones e intereses devengados
De Foronda no descarta, llegado el caso, acudir a la justicia para dirimir si la deuda la debe asumir en solitario el Consistorio
Las negociaciones entre el Ayuntamiento de Burgos, el ICO y La Caixa han sido “duras”. Así lo reconoce el concejal de Hacienda, Salvador de Foronda, el encargado de llevarlas a cabo. Ha sido difícil convencer a aquellos a los que el Consorcio del Polígono de Villalonquéjar debe unos 81 millones de euros, de los más de 100 que adeuda en términos generales. Aun así, De Foronda ha conseguido que se aplace el pago de esa deuda hasta el 30 de junio de 2016, si bien es cierto que el Ayuntamiento tendrá que hacer frente a gastos por valor de 11,5 millones de euros durante los próximos años.
El acuerdo se ha firmado en la reunión que el Consorcio ha mantenido a mediodía. A través del mismo, el Consistorio se compromete a hacer frente al pago de las expropiaciones, cuantía que asciende a los 13,75 millones de euros, teniendo en cuenta los intereses de demora. Se cuenta con cinco años para realizar los abonos, correspondiendo 2,4 millones al actual ejercicio. De esa cantidad, el Ayuntamiento pondrá 1,2 millones, mediante la fórmula de Reconocimiento Extrajudicial de Crédito, con cargo al Remanente de Tesorería. El resto, vendrá de La Caixa (antigua Caja de Burgo), aunque tendrá que devolvérsele.
Para los próximos dos años, la aportación municipal será de 1,8 y 2,68 millones, respectivamente. Además, el Ayuntamiento tiene que hacer frente a los intereses devengados del crédito Deal Club (los 81 millones aplazados hasta 2016), y que suponen 3, 44 millones en 2014 y 2,9 millones cada uno de los años 2015 y 2016. En total, la institución municipal deberá aportar 11,5 millones hasta el 2016, al mismo tiempo que “perdona” el pago de las obligaciones tributarias (IBI, plusvalías) al propio Consorcio, hasta julio de ese año.
6,5 millones de ingresos
De todos es sabido que 2016 es un año clave para los dos consorcios, el de Villalonquéjar y el del Desvío Ferroviario. En ambas negociaciones se ha conseguido aplazar el pago de la deuda, a la espera de que mejore la situación económica, se empiece a vender suelo y las cuentas de los organismos den resultados positivos. Salvador de Foronda es optimista. Asegura que el Consorcio de Villalonquéjar “tiene viabilidad”, y es la propia entidad Caja de Burgos la que alienta estas buenas sensaciones, puesto que en el informe económico y financiero presentado en la reunión de este mediodía se prevén ingresos de 6,5 millones de euros.
Dichos ingresos se corresponden a la venta de suelo, de dos operaciones en concreto. Una es la que tiene previsto llevar a cabo la compañía Ten Brinke, para la que requiere de unos 28.000 metros cuadrados de suelo terciario, por el que pagará 4,2 millones de euros. A mayores, existe otro proyecto que se instalaría en 35.000 metros cuadrados de suelo industrial, lo que reportaría al Consorcio unos 1,8 millones. Asimismo, hay otras iniciativas aún sin consolidar, y Salvador de Foronda considera que, gracias a los incentivos fiscales planteados por el Ayuntamiento y la rebaja en el precio del suelo, habrá más empresas interesadas en el polígono.
Tribunales
La importancia de vender los terrenos de la cuarta ampliación estriba en el hecho de que si para 2016 la deuda del Consorcio es superior a sus activos, este tendrá que disolverse. Entonces, el Ayuntamiento tendrá que asumir esa deuda, que supera los 100 millones de euros, porque así está recogido en los estatutos firmados en el momento de constitución del órgano gestor. El concejal de Hacienda no descarta acabar en los tribunales, para conseguir que Caja de Burgos (a través de La Caixa) asuma parte de esa deuda, teniendo en cuenta que también han sido beneficiarios del Consorcio.
Salvador de Foronda reconoce que el acuerdo firmado en su momento es perjudicial para el Ayuntamiento, dado que las responsabilidades ante la disolución del ente gestor deberían haberse limitado a los terrenos, y no a todo el patrimonio municipal. Llegado el caso, habría que estudiar cómo se valoró la participación de Caja de Burgos en Banca Cívica, para determinar si tiene que asumir responsabilidades con la deuda, o si debe ser el Ayuntamiento el que la afronte en solitario. De todos modos, De Foronda insiste en que eso es futuro, 2016, y espera no tener que llegar a esos extremos.
Fuente: Burgosconecta.es