sábado, 16 de agosto de 2014

LAS TERRAZAS DE LOS BARES EN BURGOS ES DE VERGUENZA

Cantos rodados e invasión de acera

I.E. / Burgos - sábado, 16 de agosto de 2014
Los agentes también vigilan que los elementos instalados no dañen a los viandantes y que las mesas dejen paso al peatón
La Policía Local no se limita a vigilar solamente que las terrazas cuenten con autorización o que no instalan más mesas de las que figuran en su solicitud. También se ocupan de controlar que los veladores no invadan zonas de paso de transeúntes o ciclistas. Un lector denunció hace unos días en este periódico cómo un establecimiento de la carretera de Poza -el bar Serrano para más señas- colocaba veladores en una acera e impedía el avance de los transeúntes. Es cierto que a pocos metros existen otros pasos para alcanzar esa parte de la calle, pero muchos (ver foto) terminan pisando el césped.  Además, el cerramiento de plástico está demasiado cerca del carril bici. Los agentes visitarán el local en los próximos días con el fin de establecer si las mesas que tiene autorizadas pueden disponerse de otra manera. No se trata de una infracción, porque la Policía no ha actuado, pero sí que ha  sorprendido a algunos vecinos, que se han quejado.
En el centro de Burgos sucede algo curioso. En el año 2011 el Ayuntamiento estudiaba obligar a todos los establecimientos del casco histórico a instalar el mismo tipo de veladores, con idénticos cerramientos. El objetivo era proporcionar a este espacio de la ciudad una imagen de unidad. Muchos hosteleros acabaron quejándose y fue uno de los motivos por los cuales la ordenanza que debía entrar en vigor en verano de ese ejercicio se pospuso para su reforma. Finalmente los bares, cafeterías y restaurantes pueden instalar el tipo de mesa que quieran o los corralitos que más les gusten. Ahora bien, una cosa es que gocen de libertad para adornar sus terrazas a su antojo y otra muy distinta que sujeten algunos de sus elementos con cantos rodados. Que es lo que pasa en el Rincón de España.
A primera hora de la mañana  los trabajadores colocan los cerramientos y para anclarlos al suelo utilizan piedras de gran tamaño, con las que se ha tropezado más de un viandante, según han denunciado también en este periódico. Ya no se trata solo de velar por la integridad de los transeúntes, «sino de que hay que cuidar la imagen del centro histórico», señalan desde la Policía Local. Y es que ese establecimiento se encuentra junto a la Catedral, por la que pasan numerosos turistas cada días. Todos los elementos que componen los cerramientos o corralitos han de ser «ornamentales e integrados en el conjunto, no tiene razón de ser poner unas piedras que además son un peligro para la gente».
Fuente: Diario de Burgos