El misterioso caso de los fondos Urban
Á.M. / Burgos - jueves, 09 de agosto de 2012
El programa europeo de regeneración de espacios públicos y de apoyo a las entidades socioeconómicas ascendía en 2008 a casi 12 millones de euros • De 4 se conoce el destino final y de 4,5 el previsto • Pero, ¿y el resto?
En el año 2008 a Burgos le cayó uno de los premios gordos de la lotería europea. La ciudad logró hacerse merecedora de una línea de fondos del Programa Urban que ascendía al 75% de 11,7 millones de euros, el resto lo debe aportar la ciudad. El objetivo era la regeneración de la vida social y los espacios públicos en el ámbito de influencia del centro histórico y las dos condiciones impuestas por el Ministerio de Economía (que fiscaliza por Europa el cumplimiento de ambos criterios) eran acometer las inversiones antes de finales de 2013 y justificar una serie de proyectos concretos a los que se iba a destinar el dinero.
El límite temporal, que comenzaba a ser preocupante, se esquivó con una moratoria concedida a todos los ayuntamientos beneficiarios del dinero hasta 2015. En cuanto a los proyectos, existía un listado en el que figuraban algunos ya ejecutados, como la reforma de la Isla o de Venerables, otros todavía pendientes, como la restauración de la vieja estación y la cobertura del patio del monasterio de San Juan, y otros que ni se materializaron ni lo harán jamás, como la ‘conexión vertical’ con el Castillo o el intercambiador de autobuses en Plaza de España.
La cuestión es que la pasada semana el equipo de Gobierno aseguró que únicamente quedan 4,6 millones por invertir y que 2,5 irán a la terminal y 2,1 a San Juan. Más allá de que eso sea o no lo pactado y que haya que pedir el plácet al Ministerio para poder cambiar los importes reservados, las cuentas, al menos las que se han hecho públicas, no cuadran. Ni de perfil.
Dado que la información sobre qué se ha hecho con el dinero nadie quiere darla (el equipo de Gobierno se remite al Plan Estratégico -que es quien conoce los detalles- y viceversa) no queda más que reflejar lo que sí es público para demostrar que el destino que han sufrido esos fondos necesita luz y taquígrafos.
En abril de 2011 se reconoció que únicamente se habían justificado 3,8 millones de euros, lo que significa que quedaban por justificar casi ocho, el 75% de dinero comunitario. Las obras cuya subvención es conocida pasan por la remodelación y ampliación del puente Castilla (1,8 millones), la reforma del paseo de la Isla (900.000 euros), la reurbanización de calle Santander y la peatonalización de Concordia (288.000 euros) y la reforma del parque de Venerables en una cuantía no especificada.
Eso, sumado a los más de 600.000 euros que se han destinado a diferentes programas comerciales y sociales a través de numerosos convenios con FAE, la Cámara, Equalbur o las asociaciones zonales de comerciantes, se aproxima mucho a la cifra de los 3,8 millones que se reconocieron como justificados hace poco más de un año, cifra que se mantuvo en noviembre de 2011 cuando este periódico trató de conocer la gestión del dinero y la finalidad a la que serviría. Entre otras cosas, se barruntaba entonces la posibilidad de solicitar al Ministerio que permitiera derivar el dinero hacia la deuda abierta con la Junta para pagar el ‘cupo’ municipal del Fórum, pero finalmente se negoció con el Ejecutivo regional una moratoria de pago y se desestimó esta posibilidad.
¿Y entonces?
El límite temporal, que comenzaba a ser preocupante, se esquivó con una moratoria concedida a todos los ayuntamientos beneficiarios del dinero hasta 2015. En cuanto a los proyectos, existía un listado en el que figuraban algunos ya ejecutados, como la reforma de la Isla o de Venerables, otros todavía pendientes, como la restauración de la vieja estación y la cobertura del patio del monasterio de San Juan, y otros que ni se materializaron ni lo harán jamás, como la ‘conexión vertical’ con el Castillo o el intercambiador de autobuses en Plaza de España.
La cuestión es que la pasada semana el equipo de Gobierno aseguró que únicamente quedan 4,6 millones por invertir y que 2,5 irán a la terminal y 2,1 a San Juan. Más allá de que eso sea o no lo pactado y que haya que pedir el plácet al Ministerio para poder cambiar los importes reservados, las cuentas, al menos las que se han hecho públicas, no cuadran. Ni de perfil.
Dado que la información sobre qué se ha hecho con el dinero nadie quiere darla (el equipo de Gobierno se remite al Plan Estratégico -que es quien conoce los detalles- y viceversa) no queda más que reflejar lo que sí es público para demostrar que el destino que han sufrido esos fondos necesita luz y taquígrafos.
En abril de 2011 se reconoció que únicamente se habían justificado 3,8 millones de euros, lo que significa que quedaban por justificar casi ocho, el 75% de dinero comunitario. Las obras cuya subvención es conocida pasan por la remodelación y ampliación del puente Castilla (1,8 millones), la reforma del paseo de la Isla (900.000 euros), la reurbanización de calle Santander y la peatonalización de Concordia (288.000 euros) y la reforma del parque de Venerables en una cuantía no especificada.
Eso, sumado a los más de 600.000 euros que se han destinado a diferentes programas comerciales y sociales a través de numerosos convenios con FAE, la Cámara, Equalbur o las asociaciones zonales de comerciantes, se aproxima mucho a la cifra de los 3,8 millones que se reconocieron como justificados hace poco más de un año, cifra que se mantuvo en noviembre de 2011 cuando este periódico trató de conocer la gestión del dinero y la finalidad a la que serviría. Entre otras cosas, se barruntaba entonces la posibilidad de solicitar al Ministerio que permitiera derivar el dinero hacia la deuda abierta con la Junta para pagar el ‘cupo’ municipal del Fórum, pero finalmente se negoció con el Ejecutivo regional una moratoria de pago y se desestimó esta posibilidad.
¿Y entonces?
Pero, si lo que se ha justificado públicamente no llega a 4 millones, lo que se ha dicho públicamente que queda son 4,6 y el importe al que públicamente ascendía el Urban eran 11,7, ¿qué se ha hecho con el dinero? Y, si no se ha gastado, ¿a qué se reserva?
La pregunta no es solo de lógica aplastante en el manejo del dinero público, sino que además ayudaría a saber por qué no se ha reservado más dinero a la restauración de la antigua estación de ferrocarril (los 2,5 millones previstos son menos de los 4,5 anunciados años atrás y los 3,5 que se mantenían en 2011) y por qué no se van a acometer los proyectos de plaza España o las comunicaciones con Castillo.
En definitiva, el cambio de parecer en cuanto a dónde debe ir el dinero es algo que puede tener una motivación de peso (ocurrió, por ejemplo, cuando los dos planes E trastocaron la planificación al cubrir con fondos estatales algunas obras pretendidas para el Urban) o que, de no tenerla, siempre quedaría como único condicionante que el Ministerio lo acepte, algo que no parece complicado para el Ayuntamiento y mucho menos existiendo ‘empatía política’. Así las cosas, poco más queda que reiterar la pregunta: ¿dónde ha ido a parar el dinero del Urban?
Además, el fracaso cosechado por los sucesivos intentos de vender patrimonio municipal para hacer frente a las inversiones previstas en 2012 implica que la única forma creíble que le queda al Ayuntamiento de poder ejecutar la menos una parte de lo previsto es el acceso y gestión de fondos comunitarios. Quizás el avance de los proyectos vinculados a la vieja estación y al monasterio de San Juan arrojen algo más de información sobre la gestión del programa. O quizás no.
La pregunta no es solo de lógica aplastante en el manejo del dinero público, sino que además ayudaría a saber por qué no se ha reservado más dinero a la restauración de la antigua estación de ferrocarril (los 2,5 millones previstos son menos de los 4,5 anunciados años atrás y los 3,5 que se mantenían en 2011) y por qué no se van a acometer los proyectos de plaza España o las comunicaciones con Castillo.
En definitiva, el cambio de parecer en cuanto a dónde debe ir el dinero es algo que puede tener una motivación de peso (ocurrió, por ejemplo, cuando los dos planes E trastocaron la planificación al cubrir con fondos estatales algunas obras pretendidas para el Urban) o que, de no tenerla, siempre quedaría como único condicionante que el Ministerio lo acepte, algo que no parece complicado para el Ayuntamiento y mucho menos existiendo ‘empatía política’. Así las cosas, poco más queda que reiterar la pregunta: ¿dónde ha ido a parar el dinero del Urban?
Además, el fracaso cosechado por los sucesivos intentos de vender patrimonio municipal para hacer frente a las inversiones previstas en 2012 implica que la única forma creíble que le queda al Ayuntamiento de poder ejecutar la menos una parte de lo previsto es el acceso y gestión de fondos comunitarios. Quizás el avance de los proyectos vinculados a la vieja estación y al monasterio de San Juan arrojen algo más de información sobre la gestión del programa. O quizás no.
Fuente: Diario de Burgos.