Del uniforme impuesto a la barra libre
B.G.R. / Burgos - viernes, 17 de agosto de 2012
La ordenanza que unificaba el diseño de los corralitos "murió" • Este es el resultado
‘Cada terraza de más de 4 veladores tendrá un cerramiento vertical
provisional y rígido que delimite el espacio de la misma, el cual
presentará una abertura para el paso al interior de dos metros como
máximo. La altura del cerramiento estará comprendida entre 1,00 y 2,00
metros, y no podrá estar separada de la rasante más de 5 centímetros’.
La Ordenanza de Terrazas y Veladores aprobada en 2010 especificaba cómo
debían ser los llamados corralitos.
En la primavera de 2011, algunos hosteleros empezaron a pedir presupuesto, bien a estudios de arquitectura, bien a carpinterías o cristalerías; mientras los más habilidosos ya pensaban en adquirir los materiales para fabricárselos en casa. Aunque la mayoría permaneció a la expectativa, sin mover un dedo.
Y acertaron estos últimos. Porque fue llegar Javier Lacalle a la Alcaldía y sentarse con la Federación de Hostelería para acceder a modificar la ordenanza en varios aspectos. Un cambio que significó enterrar al corralito antes de que prácticamente hubiera nacido.
La obligatoriedad de esa instalación uniforme se sustituyó por la de colocar algún tipo de objeto o estructura que delimite el perímetro de la terraza. El resultado salta a la vista. Discutible desde el punto estético y en cualquier caso dispar. Biombos, cordones metálicos o de tela, jardineras, vallas de madera, metálicas o de cristal, otras en las que se aprovecha para enumerar la oferta hostelera del local... Por encontrar, hasta se puede hallar aún el malogrado modelo oficial de ‘corralito’. Pero también queda quien, pese a la campaña informativa de la Policía Local y a la amenaza de multas de hasta 500 euros, sigue sin ver claro eso de poner puertas a la terraza.
Fuente: Diario de Burgos.
Desde esta Asociación, nos parece una tomadura de pelo, todo esto de los corralitos, hay en lugares donde los ciudadanos no pueden andar o llegar al portal de su casa, ya que las mesas ocupan casi la totalidad de la acera, ocupando plazas y un largo etc.
Siempre importa más el negocio que el bienestar ciudadano.
En la primavera de 2011, algunos hosteleros empezaron a pedir presupuesto, bien a estudios de arquitectura, bien a carpinterías o cristalerías; mientras los más habilidosos ya pensaban en adquirir los materiales para fabricárselos en casa. Aunque la mayoría permaneció a la expectativa, sin mover un dedo.
Y acertaron estos últimos. Porque fue llegar Javier Lacalle a la Alcaldía y sentarse con la Federación de Hostelería para acceder a modificar la ordenanza en varios aspectos. Un cambio que significó enterrar al corralito antes de que prácticamente hubiera nacido.
La obligatoriedad de esa instalación uniforme se sustituyó por la de colocar algún tipo de objeto o estructura que delimite el perímetro de la terraza. El resultado salta a la vista. Discutible desde el punto estético y en cualquier caso dispar. Biombos, cordones metálicos o de tela, jardineras, vallas de madera, metálicas o de cristal, otras en las que se aprovecha para enumerar la oferta hostelera del local... Por encontrar, hasta se puede hallar aún el malogrado modelo oficial de ‘corralito’. Pero también queda quien, pese a la campaña informativa de la Policía Local y a la amenaza de multas de hasta 500 euros, sigue sin ver claro eso de poner puertas a la terraza.
Fuente: Diario de Burgos.
Desde esta Asociación, nos parece una tomadura de pelo, todo esto de los corralitos, hay en lugares donde los ciudadanos no pueden andar o llegar al portal de su casa, ya que las mesas ocupan casi la totalidad de la acera, ocupando plazas y un largo etc.
Siempre importa más el negocio que el bienestar ciudadano.