domingo, 11 de enero de 2015

PREFIERO SER CASTA A SER CALAÑA

La calaña, peor que la casta

El concepto ‘casta’, de Manuel Azaña a Hermann Terstch

El concepto ‘casta’, de Manuel Azaña a Hermann Terstch

El término que Pablo Iglesias y Podemos han puesto de moda en el panorama mediático y político español es de todo menos inédito. Usado anteriormente en los mismos términos por escritores como Benito Pérez Galdós o periodistas como Ramón Pérez Ayala, no es nuevo ni siquiera para partidos políticos: en el año 1934 Manuel Azaña, quien luego fuera presidente de la República, fundó el partido Izquierda Republicana.
El 13 de marzo de 1934, el diario alicantino El Luchador publicó el ideario político de la nueva formación. En el punto dos de sus estatutos políticos decía lo siguiente:
“Deseamos gobiernos de republicanos puros que sientan con amor a la república, no que la acaten para mancillarla, sin compromisos con el pasado, libres de cualquiera de los prejuicios que puedan malograr aquel propósito revolucionario. A cuanto quede en nuestra sociedad de espíritu monárquico, a cuantas instituciones o personas necesitan para la imposición de su poderío que se gobierne monárquicamente, hay que obligarlas a que se queden en las afueras del gobierno de la República, respetadas si son respetuosas y castigadas primero y deshechas después como casta política, si atentan contra el régimen”
Sin embargo, la Izquierda Republicana de Manuel Azaña no fue la primera en usar el término “casta” en referencia a instituciones políticas anquilosadas. Cada vez que se inquiere al líder de Podemos sobre el origen del término, éste remite a un libro, La casta. Così i politici italiani sono diventati intoccabili, que dos periodistas del Corriere de la Sera escribieron en el año 2007 sobre la corrupción política en Italia, término que también usó en España el periodista Daniel Montero en su libro La Casta: el chollo de ser político en España.
Lo cierto es que el término casta política, empleado en los mismos parámetros en los que lo usa la nueva formación política española, fue utilizado con profusión desde el siglo XIX. El periódico satírico El Papa Moscas, en el año 1894, en un teletipo inventado enviado por el corresponsal político en Madrid que cubría la información del Congreso de los diputados hablaba de una reunión con Práxedes Mateo Sagasta
“He tomado chocolate con Sagasta y reniega de su casta (política, se entiende)”
La casta política es un concepto centenario que ha sido utilizado en procesos de degradación democrática de forma sistemática en el siglo XIX y el XX. No ha habido nueva formación o movimiento que, surgido para derrocar a unas instituciones obsoletas o consolidadas en el poder en tiempos de crisis, no haya usado el concepto de casta política o similares. Alejandro Lerroux, cuando era diputado por Cordoba en el año 1916, en una conferencia en el Círculo de la Unión Mercantil realizó un discurso en el que buscaba la adhesión de nuevos votantes con un discurso de regeneración.
“Se ha llegado por la apatía del país a crear una casta de políticos profesionales, y así, cogiendo la lista de diputados y senadores y poniendo a un lado a los padres, hijos, yernos, parientes o deudos, restaría sólo un grupo tan pequeño, que apenas si se podría constituir una Comisión parlamentaria”
No sólo un reaccionario populista como Alejandro Lerroux usó el término casta para atacar a los políticos del momento. La utilización del concepto fue transversal y usado también por el movimiento anarquista en la primera mitad del siglo XX hasta el fin de la guerra. En un artículo del diario El Pueblo, el corresponsal en París hablaba sobre los nuevos valores de la que habitaban en España en 1919.
“Parecía imposible una nueva imposición de falsos valores, y este pueblo que durmió inconsciente, después de haberse sacrificado para destruir los privilegios de la aristocracia el el clero, se despierta hoy, víctima de otras dos castas no menos odiosas: la casta de los políticos explotadores de la incurría e ignorancia de la masa popular y la casta capitalista. Que exista la casta política es cosa que no se demuestra porque se ve. Se diferencia de la antigua nobleza, en que en esta, los privilegios se transmitían con la sangre, y en la nueva casta política, basta la amistad, el compadrazgo y la adulación. Para que nada falte a la odiosidad del simbolismo, hasta existen dinastías de políticos, que se transmiten el cacicato, el destrizo de la prebenda de padres a hijos”.
Este discurso anarquista anticasta continuaba en plena II República cuando, en un artículo publicado en 1931 el periódico El Luchador, el sindicato anarquista CNT explicaba los movimientos que la “casta” realizaba en cada una de las elecciones para perpetuarse en el poder. Se preguntaba el articulista: “¿Será la última vez que la casta se vanaglorie de su triunfo?”. Avisaba el autor que en todos los momentos en que los ciudadanos estaban a punto de tomar el control de su gobierno los partidos de la “casta” montaban su teatro electoral para perpetuarse en el poder con falsas promesas y propuestas de regeneración.

El término en el periodismo

La casta política como concepto arrojadizo no sólo fue empleado por partidos políticos y organizaciones sindicales a lo largo de la historia. Los periodistas han utilizado este término peyorativo para con los políticos con igual resultado. Ramón Pérez de Ayala, en un artículo llamado Las dos Españas, publicado el 21 de septiembre de 1935 en el periódico El Luchador, hablaba sobre la disonancia que había entre la “minoría egregia”, la considerada masa popular, y la “casta política”, una especie de élite extractiva que vivía de la explotación del pueblo.
“Yo soy un enamorado del pueblo español. La minoría egregia de que habla el señor Ortega y Gasset no es una casta hereditaria. En España las únicas castas hereditarias han sido recientemente la de los políticos de profesión, la militar, que es también una variedad de la casta política y la aristocracia; esta última, de abolengo remoto en parte, y, en parte no escasa, de flamante origen político”.
Pero no hay que remontarse tan lejos para hablar del viejo concepto de casta política. Incluso algunos de los más beligerantes críticos de Podemos, formación a la que acusan de usar un discurso que consideran antipolítico, podrían ser considerados como referentes de la formación de Pablo Iglesias. Sus textos podrían encajar perfectamente en sus estatutos. Un ejemplo es Antonio (Chani) Pérez Henares, uno de los periodistas más críticos con Podemos, quien escribió en 1992 en El decano de Guadalajara una columna que llamó La Casta Política, en la que usó el mismo lenguaje que Podemos.
“¿Cómo puede pretenderse que la sociedad no los entienda como casta?. ¿Cómo puede achacarse a maniobras antidemocráticas las críticas a sus métodos?. Nadie está cuestionando el sistema democrático. Al contrario. Lo que urge es el rescate de la democracia, por parte de la sociedad de quienes la tienen secuestrada. Vertebrar la sociedad civil es mucho más democrático que tolerar que unos pocos, un oligopolio de “políticos profesionales” se la quede en propiedad y la detente como como si fuera un patrimonio personal. La democracia es propiedad del pueblo y los políticos son unos interinos que representan al pueblo. No los propietarios de ella”
Pero si hay un periodista que ha sobrepasado todos los límites tolerables de la crítica hacia Podemos, ese ha sido Hermann Tertsch, quien ha llegado a afirmar que los miembros de dicho partido asesinarán si llegan al poder. Pues sí, también él hablaba de casta política, sólo que en aquel momento, año 2010, era tolerable porque se refería a Jose luís Rodríguez Zapatero. Así hablaba Tertsch:
“Hoy debería saber hasta el más necio que este país no tiene viabilidad con los condicionantes que le han impuesto sus gobernantes. Y que el gran responsable del desafuero es este presidente. Pero que lamentablemente tiene cómplices, colaboradores y encubridores de este casta política, mediática y económica de este país el que abundan los cobardes”
Los partidos políticos en este País  se han podido convertir en casta, la frase tan recurrida y despreciativa de: “yo no soy político” (igual que la de quienes expresan que no son racistas, pero a continuación se manifiestan en contra de los inmigrantes), no tiene sentido y es que la política lo envuelve y determina todo y las posiciones políticas de cada cual, mientras se defiendan sin violencia son todas respetables.
Nadie puede escaparse del deterioro tan grande que se le viene haciendo a la política y en consecuencia al sistema democrático en su conjunto. La desafección y el rechazo que produce la política, tiene unos responsables directos, los políticos y sus respectivos partidos, pero también indirectos que somos todos nosotros, ya que por acción u omisión participamos o consentimos, el deterioro y degradación tan grande que se le viene produciendo a la democracia.
El ejercicio de la política debe ser noble, sincero y generoso y es así, como lo entiende y practica la gran mayoría de los políticos, especialmente quienes como regidores de medianos y pequeños municipios se ven diariamente con el compromiso de tener que atender a sus convecinos, en los problemas que les afectan y que cada vez son más graves y acuciantes.
El deterioro se produce en la alta política, donde hay más intereses creados, confundiéndose los generales con los particulares. Los dirigentes a esos niveles, han creado o modificado las estructuras de sus partidos políticos, haciéndolas o adaptándolas a su imagen y semejanza, para entre otras cosas poder mediatizar o secuestrar desde las instituciones a sus respectivas organizaciones políticas, mediante la formula de ostentar cargos orgánicos e institucionales al mismo nivel (juez y parte) y predominando éste último, con todo el riesgo que como se está demostrando conlleva, no en vano, es el cargo público con el poder que ostenta y los presupuestos que maneja, el que se suele degradar y en muchas ocasiones corromper.
Esas mismas estructuras jerarquizadas casi como de sectas religiosas, son las que permite que se pueda llevar a cabo otro de los grandes problemas de la democracia: la profesionalización de la política y tener que soportar a políticos a perpetuidad y en muchos casos si la abandonan, es para pasar a engrosar la nómina de los consejos de administración de grandes empresas, de sectores y servicios esenciales o claves, que previamente han privatizado como el del abastecimiento de agua o energía y entidades bancarias.
Es patético e indignante, comprobar la utilización de instituciones como el senado, cámara inservible pero que nos está costando según los presupuestos sólo de éste año: 51.741.830 euros, para enviar a los políticos decadentes o conflictivos que no saben sus respectivos partidos políticos que hacer con ellos. Es evidente que por higiene democrática y ahorro presupuestario, esta institución debería ser disuelta.
Faltando a la coherencia y dependiendo si se está en el gobierno o la oposición, los políticos suelen enfrentarse y crispar la vida política y social. Sin embargo en la defensa de sus intereses particulares, como los relacionados con sus prebendas e incrementos salariales y económicos, suelen sin fisuras apoyarse mutuamente.
Todos los partidos políticos tienen grandes carencias democráticas, aunque el PNV es el que menos, precisamente porque no existe compatibilidad entre sus cargos públicos y orgánicos, siendo éste el que prevalece y en consecuencia desde el mismo se apoya a sus militantes que gobiernan en las instituciones, para que realicen la mejor gestión posible, pero al mismo tiempo les controlan para que no tengan desviaciones y/o conductas indeseadas. Con toda probabilidad, será por eso que no son conocidos casos de corrupción en esta formación política.
Otras formaciones políticas podrían exigir que se les tenga en la misma consideración, como I.U., UPyD , pero ninguna tiene tanto poder y/o gobiernan en tantas instituciones (que es donde se produce las irregularidades o corrupciones), como el Partido Nacionalista Vasco.
Desde los partidos políticos se constituyen los diversos poderes: legislativo, ejecutivo y en el caso de España al no existir separación entre ellos, incluso el judicial. Se hace necesario regenerar y renovar la vida política, empezando por los propios partidos políticos para lograr una Sociedad más democrática, justa, plural, transparente y participativa. En este sentido se debe buscar formulas y aplicarlas para que el articulo 6 de la Constitución se haga realidad y que las estructuras y funcionamiento de los partidos políticos sean realmente democráticos.
La propia Constitución debe ser sometida a revisión y modificación, para que se produzcan los cambios cada vez más evidentes y necesarios, entre otros, que la soberanía radique efectivamente en el pueblo y no nos veamos impotentes ante tantos desmanes, producidos por una determinada casta política, que no les importa erosionar nuestra convivencia y menoscabar la propia democracia, teniendo muy en cuenta que la misma, no consiste solamente en depositar cada cuatro años un voto.
Tenemos suerte y en cierto sentido, hay que agradecerle al PP que acoge en su seno a la extrema derecha, pero si continua tantas injusticias, desigualdades y restricciones a la libertad, corremos el riesgo de que empiecen a aflorar o consolidarse en nuestro país igual que ya lo han hecho en otros países de Europa, el populismo, la xenofobia y el fascismo.
Al margen de cualquier consideración partidaria, los demócratas debemos unirnos y no consentir que por irresponsabilidad o intereses mezquinos, se ponga en juego la democracia y que nos retrotraigan a épocas pasadas, con la perdida de derechos y libertades.

Los nuevos Mesías y profetas que tanto proliferan ahora, hay que mirarlos con recelo, tantas plataformas y partidos que nacen para ser como ellos, a los que llaman casta, veamos Podemos: Critican las malas practicas de los demás Partidos y ellos:
La Universidad de Málaga (UMA) ha abierto un expediente disciplinario y ha suspendido cautelarmente de empleo y sueldo a Íñigo Errejón, número tres de Podemos, que trabajaba con una beca de investigación para la Facultad de Ciencias Políticas en un proyecto sobre vivienda en Andalucía encargado por la Consejería de Fomento.
La resolución, hecha pública ayer, se desprende del expediente informativo que se le abrió el pasado 21 de noviembre para aclarar si Errejón incumplió su contrato de investigador (si dedicó más tiempo a sus funciones como miembro de Podemos que al proyecto por el que le pagaban en la UMA) y si vulneró la ley de incompatibilidades.
La sanción al dirigente de la organización llega 13 días antes de que éste abandone su plaza en la universidad, algo que anunció tras hacerse pública la polémica (aunque fuentes de la consejería advierten de que su vacante había salido a concurso público un mes antes). Errejón estaba cobrando una ayuda de 1.825 euros al mes desde que empezó el proyecto, junto a otros 11 investigadores, el pasado 17 de marzo.
Además la UMA ha abierto otro expediente disciplinario a Alberto Montero, el profesor que coordinaba el proyecto de investigación La vivienda en Andalucía, y que también es dirigente de la formación de Pablo Iglesias. Montero es quien autorizó a Errejón para que hiciera su parte del proyecto fuera del campus malagueño, dado que el joven político vive en Madrid. Fuentes académicas advierten de que el contrato obligaba al investigador externo a trabajar 40 horas semanas dentro de las instalaciones de la universidad malagueña, y que en este punto se sitúa el posible incumplimiento de contrato.

Juan Carlos Monedero Exmilitante del PSOE e I.U. ahora en Podemos, es lo que en ambiente político se conoce como chaquetero. 

El abogado José Emilio Rodríguez Menéndez, en su calidad de secretario general del Partido Socialista de la Justicia (PSJ), ha presentado una querella criminal contra el eurodiputado y líder de Podemos, Pablo Iglesias. El motivo es el supuesto delito de blanqueo de capitales y delitos electorales cometidos contra la Ley Orgánica del Régimen Electoral General.
La querella se extiende también a Iñigo Errejón Galván y Luis Alegre Zahonero, miembros ambos de la Fundación Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPS) y también dirigentes de Podemos.
El objeto de esta querella es solicitar a la Sala Segunda del Tribunal Supremo que investigue de la manera más detallada la comisión de estos supuestos delitos, dada la condición de aforado de Iglesias.
Según el querellante, habría que analizar el contenido de la noticia publicada en 'El País' digital el pasado 17 de junio sobre las supuestas cantidades recibidas por los dirigentes de Podemos desde el año 2002 y que suman alrededor de 3.700.000 euros, según consta en el Registro de Fundaciones del Ministerio de Cultura.
Esas cantidades procederían, según el diario, del Gobierno venezolano en concepto de asesoramiento político. La cantidad citada supera el 80 por ciento de los ingresos de la fundación de Podemos. En esa información también se aseguraba que los ingresos de la Fundación CEPS provenían igualmente del Ejecutivo de Hugo Chávez, al que asesoraron personalmente.
El PSJ esgrime también informaciones dadas por Enrique Riobóo en su libro 'La cara oculta de Pablo Iglesias', que explicita que Podemos se ha nutrido de financiación extranjera a través de países como Venezuela e Irán.

Esto que esta sucediendo, creo que es más que casta y esta pasando en nuestro País con diferentes nombres.