El recrudecimiento de la crisis deja 5.000 parados más y récord histórico de ERES
R.T. / G.G.U. / Burgos - domingo, 18 de noviembre de 2012
sin fin. La cifra de desocupados ha superado por primera vez la barrera de las 32.000 personas en la provincia y ha habido más de un cierre de empresa por día. La sangría laboral no tiene fin
Un total de 4.975 parados más y 354 expedientes de regulación de empleo entre enero y octubre. Ese es el balance que puede hacerse del primer año de Gobierno de Rajoy (que se cumple el próximo martes) en materia laboral en la provincia. En noviembre de 2011, cuando los populares ganaron las elecciones, las oficinas de empleo de Burgos tenían registrados a 27.109 parados. Doce meses después, son 32.084 las personas sin trabajo que han acudido al Servicio Público de Empleo Estatal (Sepe, antiguo Inem). Entre medias hay una nueva reforma laboral cuyos detractores consideran fracasada y responsable de la sangría de parados, pero para la que sus defensores, en cambio, piden tiempo antes de valorar su eficacia.
La reforma laboral (cuyas principales características son que abarata el despido, agiliza la tramitación de los Expedientes de Regulación de Empleo y flexibiliza las negociaciones colectivas), se aprobó mediante decreto ley en febrero, cuando en Burgos había 30.745 personas en las listas del paro y ya definitivamente en julio, una vez concluida la tramitación parlamentaria. Desde que la refoma entró en vigor en febrero y en consonancia con las tendencias laborales habituales, los meses inmediatamente posteriores fueron, primero de menor incremento del desempleo y después, ya en verano, de reducción. El mes en el que más cayó fue junio, con un descenso de 1.479 personas en las listas con respecto al mes anterior. En total, 29.329 desempleados; un dato que en julio volvió a reducirse en 284 personas, pero que a partir de agosto empezó a incrementarse. Primero en 331 personas, después en 1.127 en septiembre y, por último, en otras 1.581personas. Esta cifra, la última disponible en las estadísticas oficiales hasta que concluya noviembre, provocó que se superara la barrera de los 32.000 parados en Burgos y, a pesar de los alardes de optimismo de la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Bañez, no parece que el último trimestre del año vaya a hacer caer los malos datos.
De hecho, hace poco más de diez días que Bridgestone anunció su intención de iniciar un ERE en España que conlleva el despido de 109 personas de la fábrica de Burgos que, a la espera de lo que se acuerde en las negociaciones, tendrían que dejar el puesto de trabajo a comienzos de año. Este es uno de los últimos expedientes de regulación de empleo presentados en la provincia que, como se indica en el primer párrafo de esta información, han sumado una cifra récord en solo nueve meses: 354. Cuarenta y ocho más de los que se presentaron en todo el año pasado.
De todos los tramitados hasta octubre, 24 eran de extinción de contrato, 98 de reducción de jornada y los otros 232, de carácter temporal para adecuar la producción a la caída de la demanda.
menos mal. Si bien es cierto que los datos de paro registrado presentan un panorama laboral muy complicado, la última Encuesta de Población Activa (EPA) situó a Burgos entre las diez provincias con menor tasa de paro de España. Concretamente, Burgos (con un 16,52%) ocupaba el noveno puesto por detrás de Guipúzcoa (12,80%), Soria (13,91%), Álava (14,08%), Huesca (14,15%), Navarra (14,95%), Lleida (15,05%), Cantabria (15,71%), Lugo (16,11%) y por delante de Teruel (16,68%). Es decir, de la EPA podría extraerse que, aún estando mal, Burgos está mejor que el conjunto del país.
Sin embargo, este listado evidencia que los factores de mayor peso para situarse en ese listado son, por una parte, la cantidad y diversidad de industria de una determinada población y, por otra parte, el hecho de que miles de personas en edad de trabajar se están marchando y dejan de computar como población activa en sus provincias de nacimiento.
Las estadísticas de la EPA no pueden emplearse del mismo modo que el paro registrado para hacer valoración del primer año de Gobierno de Mariano Rajoy porque, al ser trimestrales, no se ajustan al período de análisis. Es decir, para hablar sobre cómo estaban las cosas cuando llegó el PP al Gobierno hay que hacer alusión a la EPA de octubre, noviembre y diciembre del año pasado, lo cual comprende dos meses en los que el Gobierno seguía estando regido por el PSOE. Y algo parecido ocurre con el último dato disponible, el de la EPA del tercer trimestre, que no incluye nada de octubre y, desde el punto de vista laboral, es un mes que tiene importancia.
En cualquier caso, atendiendo a estas estadísticas de población activa que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE) a mismos grupos de población en todas las provincias, el balance tampoco es muy favorable. La encuesta del cuarto trimestre de 2011 señalaba que en Burgos había 26.700 parados y una tasa del 14,85% mientras en la última publicada, la del pasado verano, habla de 31.000 desempleados y de una tasa del 16,52%. Es decir, 4.300 personas más sin trabajo que cuando el PP llegó al Gobierno a finales del año pasado.
La peor cara de la crisis es el desempleo pero también tiene otra arista muy relacionada con el paro. Es el cierre de empresas, con negocios que no aguantan los embates de la recesión que sufre el país. Y la llegada de Rajoy al Gobierno no logra frenar el cese, sobre todo, de la actividad de pymes y micropymes en la provincia. Desde que el PP ganó las elecciones a finales de noviembre, han desaparecido en Burgos casi 400 empresas. Se ha pasado de las 11.308 sociedades a las 10.911 existentes en octubre pasado. Son 397 menos y, por primera vez en muchos años, se ha bajado de las 11.000 empresas, según el registro de la Seguridad Social.
Un paseo por los polígonos industriales, el centro o los barrios de la capital permite comprobar ese dato, con el descenso de la actividad industrial y el cierre de medianas y pequeñas empresas como comercios. Desde el inicio de la crisis, a mediados de 2007, la desaparición de las empresas ha sido constante. La provincia ha pasado de contar con 12.247 empresas inscritas en la Seguridad Social con empleados en el Régimen General en julio de 2007 a las 10.911 de octubre de este año. Es una reducción de 1.336 que parece no tener fin porque nadie se atreve a determinar si la recesión ha tocado fondo. Cierres que acarean el cese de la actividad y la pérdida de tejido productivo, con trabajadores que se quedan en la calle pero también con un emprendedor sin empleo.
El cambio de Ejecutivo no ha permitido, de momento, frenar esta ‘sangría’ de empresas. La provincia perdió 939 sociedades entre mediados de 2007 y noviembre de 2012, fecha hasta que gobernó el Partido Socialista.
Tampoco viven un panorama mejor las empresas que logran sobrevir a la crisis porque muchas de ellas tienen problemas para continuar con su actividad. El Instituto de Crédito Oficial (ICO), dependiente del Ministerio de Economía, concedió en el primer semestre de 2012 préstamos por valor de 97 millones de euros a los negocios de la provincia. Es la mayor cantidad de dinero en la Comunidad Autónoma, por delante de Valladolid (88 millones) y León (78 millones de euros).
El 62% de toda la financiación del ICO en el primer semestre de fue para hacer frente al capital circulante. La falta de liquidez sigue siendo la mayor necesidad de las pymes. De los 97 millones de euros que este órgano financió en ese periodo, un total de 60 millones sirvió para el pago de las nóminas o proveedores. Da una idea de los problemas por los que atraviesan los empresarios y los autónomos para cumplir con sus obligaciones. Lejos queda la petición de créditos para inversiones o para llevar a cabo proyectos de internacionalización, porque lo importante es el día a día.
La reforma laboral (cuyas principales características son que abarata el despido, agiliza la tramitación de los Expedientes de Regulación de Empleo y flexibiliza las negociaciones colectivas), se aprobó mediante decreto ley en febrero, cuando en Burgos había 30.745 personas en las listas del paro y ya definitivamente en julio, una vez concluida la tramitación parlamentaria. Desde que la refoma entró en vigor en febrero y en consonancia con las tendencias laborales habituales, los meses inmediatamente posteriores fueron, primero de menor incremento del desempleo y después, ya en verano, de reducción. El mes en el que más cayó fue junio, con un descenso de 1.479 personas en las listas con respecto al mes anterior. En total, 29.329 desempleados; un dato que en julio volvió a reducirse en 284 personas, pero que a partir de agosto empezó a incrementarse. Primero en 331 personas, después en 1.127 en septiembre y, por último, en otras 1.581personas. Esta cifra, la última disponible en las estadísticas oficiales hasta que concluya noviembre, provocó que se superara la barrera de los 32.000 parados en Burgos y, a pesar de los alardes de optimismo de la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Bañez, no parece que el último trimestre del año vaya a hacer caer los malos datos.
De hecho, hace poco más de diez días que Bridgestone anunció su intención de iniciar un ERE en España que conlleva el despido de 109 personas de la fábrica de Burgos que, a la espera de lo que se acuerde en las negociaciones, tendrían que dejar el puesto de trabajo a comienzos de año. Este es uno de los últimos expedientes de regulación de empleo presentados en la provincia que, como se indica en el primer párrafo de esta información, han sumado una cifra récord en solo nueve meses: 354. Cuarenta y ocho más de los que se presentaron en todo el año pasado.
De todos los tramitados hasta octubre, 24 eran de extinción de contrato, 98 de reducción de jornada y los otros 232, de carácter temporal para adecuar la producción a la caída de la demanda.
menos mal. Si bien es cierto que los datos de paro registrado presentan un panorama laboral muy complicado, la última Encuesta de Población Activa (EPA) situó a Burgos entre las diez provincias con menor tasa de paro de España. Concretamente, Burgos (con un 16,52%) ocupaba el noveno puesto por detrás de Guipúzcoa (12,80%), Soria (13,91%), Álava (14,08%), Huesca (14,15%), Navarra (14,95%), Lleida (15,05%), Cantabria (15,71%), Lugo (16,11%) y por delante de Teruel (16,68%). Es decir, de la EPA podría extraerse que, aún estando mal, Burgos está mejor que el conjunto del país.
Sin embargo, este listado evidencia que los factores de mayor peso para situarse en ese listado son, por una parte, la cantidad y diversidad de industria de una determinada población y, por otra parte, el hecho de que miles de personas en edad de trabajar se están marchando y dejan de computar como población activa en sus provincias de nacimiento.
Las estadísticas de la EPA no pueden emplearse del mismo modo que el paro registrado para hacer valoración del primer año de Gobierno de Mariano Rajoy porque, al ser trimestrales, no se ajustan al período de análisis. Es decir, para hablar sobre cómo estaban las cosas cuando llegó el PP al Gobierno hay que hacer alusión a la EPA de octubre, noviembre y diciembre del año pasado, lo cual comprende dos meses en los que el Gobierno seguía estando regido por el PSOE. Y algo parecido ocurre con el último dato disponible, el de la EPA del tercer trimestre, que no incluye nada de octubre y, desde el punto de vista laboral, es un mes que tiene importancia.
En cualquier caso, atendiendo a estas estadísticas de población activa que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE) a mismos grupos de población en todas las provincias, el balance tampoco es muy favorable. La encuesta del cuarto trimestre de 2011 señalaba que en Burgos había 26.700 parados y una tasa del 14,85% mientras en la última publicada, la del pasado verano, habla de 31.000 desempleados y de una tasa del 16,52%. Es decir, 4.300 personas más sin trabajo que cuando el PP llegó al Gobierno a finales del año pasado.
La peor cara de la crisis es el desempleo pero también tiene otra arista muy relacionada con el paro. Es el cierre de empresas, con negocios que no aguantan los embates de la recesión que sufre el país. Y la llegada de Rajoy al Gobierno no logra frenar el cese, sobre todo, de la actividad de pymes y micropymes en la provincia. Desde que el PP ganó las elecciones a finales de noviembre, han desaparecido en Burgos casi 400 empresas. Se ha pasado de las 11.308 sociedades a las 10.911 existentes en octubre pasado. Son 397 menos y, por primera vez en muchos años, se ha bajado de las 11.000 empresas, según el registro de la Seguridad Social.
Un paseo por los polígonos industriales, el centro o los barrios de la capital permite comprobar ese dato, con el descenso de la actividad industrial y el cierre de medianas y pequeñas empresas como comercios. Desde el inicio de la crisis, a mediados de 2007, la desaparición de las empresas ha sido constante. La provincia ha pasado de contar con 12.247 empresas inscritas en la Seguridad Social con empleados en el Régimen General en julio de 2007 a las 10.911 de octubre de este año. Es una reducción de 1.336 que parece no tener fin porque nadie se atreve a determinar si la recesión ha tocado fondo. Cierres que acarean el cese de la actividad y la pérdida de tejido productivo, con trabajadores que se quedan en la calle pero también con un emprendedor sin empleo.
El cambio de Ejecutivo no ha permitido, de momento, frenar esta ‘sangría’ de empresas. La provincia perdió 939 sociedades entre mediados de 2007 y noviembre de 2012, fecha hasta que gobernó el Partido Socialista.
Tampoco viven un panorama mejor las empresas que logran sobrevir a la crisis porque muchas de ellas tienen problemas para continuar con su actividad. El Instituto de Crédito Oficial (ICO), dependiente del Ministerio de Economía, concedió en el primer semestre de 2012 préstamos por valor de 97 millones de euros a los negocios de la provincia. Es la mayor cantidad de dinero en la Comunidad Autónoma, por delante de Valladolid (88 millones) y León (78 millones de euros).
El 62% de toda la financiación del ICO en el primer semestre de fue para hacer frente al capital circulante. La falta de liquidez sigue siendo la mayor necesidad de las pymes. De los 97 millones de euros que este órgano financió en ese periodo, un total de 60 millones sirvió para el pago de las nóminas o proveedores. Da una idea de los problemas por los que atraviesan los empresarios y los autónomos para cumplir con sus obligaciones. Lejos queda la petición de créditos para inversiones o para llevar a cabo proyectos de internacionalización, porque lo importante es el día a día.
Fuente: Diario de Burgos