El PSOE aprieta a Lacalle por el uso indebido de los coches oficiales
Fernández Santos pregunta al alcalde por qué no destituye a González Braceras y el PP esquiva las preguntas de la oposición
Sab, 09/02/2013
La
polémica sobre el uso de los coches oficiales del Ayuntamiento elevó
ayer las pulsaciones en la celebración de un Pleno ordinario en el que
la tensión, aunque contenida, se dejó sentir en la Casa Consistorial. De
lo vivido ayer en el Salón de Plenos se dejó ver que la oposición no
está dispuesta a dejar pasar de largo este asunto y que el equipo de
Gobierno, por su parte, hará todo lo posible por ignorar el tema,
procurar que el tiempo enfríe los ánimos y que la controversia muera en
el olvido.
Fue así, con el Pleno cerca de su recta final, cuando
tanto el PSOE como IU aprovecharon el turno de ruegos y preguntas para
pedir explicaciones al Ejecutivo de Lacalle y reprochar al alcalde que
no haya adoptado ninguna medida contundente con el concejal Santiago
González Braceras, el edil hacia el que se dirigieron en mayor medida
los dardos envenenados.
Las palabras más duras vinieron del concejal
socialista Antonio Fernández Santos, quien realizó una pregunta directa
al alcalde con la peor de las intenciones: «¿A qué espera usted para
destituir al señor González Braceras?», interrogó sin encontrar
respuesta.
Fernández Santos justificó esta petición en el
reconocimiento del propio edil de haber destruido los partes de los
viajes con más de un año de antigüedad y que, según el socialista,
delatarían que González Braceras y Ángel Ibáñez han utilizado los coches
oficiales para realizar viajes de placer con destino a partidos de
fútbol y corridas de toros.
Fue tras esta afirmación cuando el
concejal de Obras levantó una de esas fichas indicando que lo que se
había eliminado eran «unas hojas» sin ningún valor oficial. Una tesis
que refrendó el propio Lacalle cuando, en esta ocasión sí, respondió a
Fernández Santos indicándole que no existía un registro oficial.
El
edil del PSOE, visiblemente insatisfecho con las respuestas recibidas,
culpó al alcalde de «tapar a estos dos concejales», aseguró que «al
final se sabrá todo» y, finalmente, pronosticó a Lacalle que, de
continuar impasible, «se irá usted con ellos».
Por su parte, el
concejal de Izquierda Unida, Raúl Salinero, recalcó que está
«contrastado» que se hecho un «uso ocioso de los coches oficiales» y se
refirió al hecho concreto y reconocido de un viaje a un partido de
fútbol en el año 2008, al que acudieron Ibáñez y Braceras invitados al
Santiago Bernabéu por la empresa Philips. Del mismo modo, reiteró la
crítica de que los empleados municipales han estado lavando el coche del
concejal de Obras de forma constante durante los últimos años.
Tanto
Salinero como Fernández Santos coincidieron en preguntar al alcalde,
una vez que ha firmado un decreto para que los viajes oficiales
aparezcan registrados en un libro oficial, quién es ahora el responsable
de autorizar los trayectos en los coches de representación. Entre otras
cosas, porque el concejal de Izquierda Unida intuyó, aunque no se le
respondió, que no existe un responsable político y que ahora es un
funcionario, sin autoridad para poner coto a los desplazamientos, al que
se le ha encomendado la tarea de custodiar el libro.
Fernández
Santos incidió en los errores del decreto ya que, según su criterio, es
inexplicable que solo vayan a aparecer en ese registro los viajes que se
realicen fuera de la ciudad. «¿Y por qué no los de dentro?», se
preguntó antes de avanzar que su partido presentará un borrador para que
el uso de los vehículos oficiales aparezca reflejado como es debido.
Algo, según defendió, que ya estuvo reglado cuando el socialista Ángel
Olivares fue alcalde de la ciudad.
Nuevos episodios
En este
sentido, el concejal del PSOE indicó que en breve se conocerá qué
corporativos utilizan el coche oficial para que les recoja en su casa y
les devuelva a su domicilio. Y al mismo tiempo, indicó que también
existe algún «alto cargo» del Ayuntamiento que también abusa de los
vehículos oficiales.
Una afirmación que anuncia ya un nuevo capítulo y
sobre la que habrá que comprobar si el equipo de Gobierno se mantiene
enrocado en la estrategia del silencio
Fuente: Correo de Burgos