Braceras se va del Ayuntamiento pidiendo «disculpas por los errores cometidos»
El
edil de Obras anunció ayer su dimisión tras reconocer el martes el uso
del coche oficial para asuntos particulares Nieves Sanz ocupará su
puesto de concejal
Vie, 15/02/2013
El
escándalo por el uso de los coches oficiales para viajes de ocio,
acompañado de una sombra de duda que vincula desde hace años negocios
del concejal Santiago González Braceras con grandes contratos del
Ayuntamiento, precipitó que el edil anunciara ayer su «dimisión con
carácter irrevocable». Una decisión que la oposición interpretó como
acertada, pero también como insuficiente. Porque si bien entendieron que
Braceras ha pagado ya su pena con el cargo, al mismo tiempo dirigieron
todas las miradas hacia el vicealcalde, Ángel Ibáñez, el otro
corporativo que le acompañó a los eventos deportivos y taurinos.
La
situación se tornó irreversible cuando este martes publicaba este
periódico unas declaraciones del propio Braceras en las que reconocía
haber llamado a los chóferes para que, después de haber visto un partido
de fútbol en el Santiago Bernabéu, se desplazaran a Madrid para
traerles de regreso. Una confesión que confirmaba todas las acusaciones
vertidas por la oposición y que fue interpretada como un suicidio en el
entorno del propio PP.
Así las cosas, fue ayer cuando el vicealcalde,
en la rueda prensa posterior a la Junta de Gobierno, leyó una
notificación remitida por González Braceras desde Barcelona, donde está
siendo sometido a una revisión médica, en la que expresaba su renuncia.
Visiblemente
emocionado, Ibáñez se vio obligado a realizar una interminable pausa de
25 segundos para contener las lágrimas. Y fue a continuación cuando
afirmó en boca de Braceras: «Como consecuencia del desarrollo de mi
cargo de concejal del Ayuntamiento de Burgos se han visto afectadas de
un modo cada vez más notorio tanto mi salud como mi vida personal y
familiar. Es por ese motivo que a través del presente escrito formulo mi
dimisión con carácter irrevocable».
Tras agradecer «la confianza y
el cariño» de los dos alcaldes para los que ha trabajado, Juan Carlos
Aparicio y Javier Lacalle, quiso expresar que entró en política «por mi
cariño a la ciudad de Burgos, sin otra pretensión que defender los
intereses de los burgaleses». Y fue en ese preciso momento cuando añadió
que «cualquier error que haya podido cometer ha sido involuntario y
quiero pedir por ello disculpas a los ciudadanos de Burgos».
El
escueto comunicado finalizó al expresar que «tan pronto como regrese a
la ciudad, una vez finalizadas todas las revisiones médicas que tengo
programadas, presentaré formalmente la dimisión en el registro del
Ayuntamiento».
Fuente: Correo de Burgos