Bárcenas dinamita el PP: alta tensión entre Moncloa y Génova
Cospedal, seriamente cuestionada, se harta de ser la única "que pone la cara"
ANA RODRÍGUEZ | 27/02/2013El ‘caso Bárcenas’, el mayor caso de corrupción que salpica al PP desde su fundación, ha provocado una profunda crisis interna en el partido de consecuencias imprevisibles. Tan sólo un año después de una apabullante victoria electoral no es la oposición política ni la crisis los factores que corroen al partido que gobierna, es uno de los suyos: Luis Bárcenas. Es innegable que quien fue gerente y tesorero nacional del partido durante dos décadas ha tenido mucho poder interno y la confianza absoluta de sus jefes (primero Aznar y luego Rajoy). Y también es obvio que tiene mucha y, por lo visto, muy peligrosa información. La gestión del escándalo ha demostrado que el PP no definió una estrategia clara: o minusvaloró a Bárcenas o confió demasiado en el poder que otorga estar en el Gobierno. El resultado, a día de hoy, es una guerra de guerrillas interna, con la secretaria general y número 2 del partido seriamente cuestionada desde dentro y con su imagen pública por los suelos, mientras aumentan los reproches cruzados entre Moncloa y Génova 13 (sede nacional del partido).
Las cosas del partido son del partido
El número 1, Mariano Rajoy, tiene dos números 2: Soraya Sáenz de Santa María en Moncloa y Dolores de Cospedal en Génova. Las tensiones entre ellas son soterradas desde la victoria electoral porque cada una quiere mantener su parcela de poder e influencia y, a ser posible, expandirla. Cospedal, reforzada antes de las generales al conseguir gobernar Castilla La Mancha, dejó claro desde el minuto uno que en el partido mandaba ella y que nadie, ni del Gobierno ni del Grupo Parlamentario, podía entrometerse. Y ahora le devuelven el órdago: Luis Bárcenas es una cuestión de partido, por tanto en el Grupo Parlamentario Popular y en Moncloa a cada pregunta sobre Bárcenas remiten a Génova. Y Cospedal tiene que “comerse el marrón” (sustituida en ocasiones por Carlos Floriano y Esteban González Pons).
El número 1, Mariano Rajoy, tiene dos números 2: Soraya Sáenz de Santa María en Moncloa y Dolores de Cospedal en Génova. Las tensiones entre ellas son soterradas desde la victoria electoral porque cada una quiere mantener su parcela de poder e influencia y, a ser posible, expandirla. Cospedal, reforzada antes de las generales al conseguir gobernar Castilla La Mancha, dejó claro desde el minuto uno que en el partido mandaba ella y que nadie, ni del Gobierno ni del Grupo Parlamentario, podía entrometerse. Y ahora le devuelven el órdago: Luis Bárcenas es una cuestión de partido, por tanto en el Grupo Parlamentario Popular y en Moncloa a cada pregunta sobre Bárcenas remiten a Génova. Y Cospedal tiene que “comerse el marrón” (sustituida en ocasiones por Carlos Floriano y Esteban González Pons).
Cospedal se come el marrón pero no manda en la estrategia
La portada de El Mundo informando sobre los 22 millones que Bárcenas tenía en Suiza desató el caos. El entorno de la secretaria general del PP se dedicó a explicar a varios medios de comunicación que había sido ella la que había cortado el tema obligando a dimitir a Bárcenas en 2.010. Eso implicaba varios problemas, en primer lugar reconocía implícitamente que había habido irregularidades internas y, en segundo lugar, dejaba a su jefe, Mariano Rajoy, a los pies de los caballos. Según ha podido sabe ELPLURAL.COM de fuentes cercanas a Moncloa, Cospedal recibió un “toque” recordándole que no se podía salvar ella a costa de crearle un problema a Rajoy. Tras ese ‘toque’ Cospedal defendió públicamente a todos los equipos directivos del PP, no sólo al actual, sino a los anteriores.
La portada de El Mundo informando sobre los 22 millones que Bárcenas tenía en Suiza desató el caos. El entorno de la secretaria general del PP se dedicó a explicar a varios medios de comunicación que había sido ella la que había cortado el tema obligando a dimitir a Bárcenas en 2.010. Eso implicaba varios problemas, en primer lugar reconocía implícitamente que había habido irregularidades internas y, en segundo lugar, dejaba a su jefe, Mariano Rajoy, a los pies de los caballos. Según ha podido sabe ELPLURAL.COM de fuentes cercanas a Moncloa, Cospedal recibió un “toque” recordándole que no se podía salvar ella a costa de crearle un problema a Rajoy. Tras ese ‘toque’ Cospedal defendió públicamente a todos los equipos directivos del PP, no sólo al actual, sino a los anteriores.
El PP no se querella contra Bárcenas pero Bárcenas sí querella contra el PP
Después vino el ridículo de las denuncias. Carlos Floriano anunció que el PP se querellaría “contra todos” -medios de comunicación y políticos- que relacionaran a Bárcenas, su contabilidad en dinero negro y sus cuentas en Suiza con el PP. La derecha mediática presionaba para que se presentaran las querellas y comenzaron los movimientos individuales: Aznar se querelló contra El País, luego otros ex dirigentes (Acebes, Rato) anunciaron querellas y dieron poderes notariales al partido para que se querellaran en su nombre pero el PP no terminaba de ir a los juzgados. La sorpresa saltó la pasada semana: Cospedal, en solitario y unilateralmente, denunció a Luis Bárcenas. La pregunta es obligada, ¿si se querella Cospedal por qué no se querella Rajoy y por qué no se querella el PP? La conclusión de este vodevil es que el PP no se querella contra Bárcenas, es Bárcenas quien se querella contra el PP. El colmo.
Después vino el ridículo de las denuncias. Carlos Floriano anunció que el PP se querellaría “contra todos” -medios de comunicación y políticos- que relacionaran a Bárcenas, su contabilidad en dinero negro y sus cuentas en Suiza con el PP. La derecha mediática presionaba para que se presentaran las querellas y comenzaron los movimientos individuales: Aznar se querelló contra El País, luego otros ex dirigentes (Acebes, Rato) anunciaron querellas y dieron poderes notariales al partido para que se querellaran en su nombre pero el PP no terminaba de ir a los juzgados. La sorpresa saltó la pasada semana: Cospedal, en solitario y unilateralmente, denunció a Luis Bárcenas. La pregunta es obligada, ¿si se querella Cospedal por qué no se querella Rajoy y por qué no se querella el PP? La conclusión de este vodevil es que el PP no se querella contra Bárcenas, es Bárcenas quien se querella contra el PP. El colmo.
El enfado de Rajoy
El caso es que el PP se mueve entre dos estrategias contradictorias, por un lado “alguien relevante” del partido -se habla de Javier Arenas- estaría hablando con Bárcenas para intentar llegar a un acuerdo o, al menos, controlar la explosión mientras otro sector del PP apuesta por romper totalmente con el ex Tesorero, no ceder a sus amenazas y que “pase lo que tenga que pasar”, según una fuente del partido. En esta última línea estaría Cospedal.
El caso es que el PP se mueve entre dos estrategias contradictorias, por un lado “alguien relevante” del partido -se habla de Javier Arenas- estaría hablando con Bárcenas para intentar llegar a un acuerdo o, al menos, controlar la explosión mientras otro sector del PP apuesta por romper totalmente con el ex Tesorero, no ceder a sus amenazas y que “pase lo que tenga que pasar”, según una fuente del partido. En esta última línea estaría Cospedal.
Con este panorama el Presidente del Gobierno tiene un cabreo monumental. Rajoy considera que ya tiene bastante con la brutal crisis económica, los seis millones de parados y la amenaza independentista de Cataluña y que tiene “colaboradores” y “asesores” suficientes para que arreglen “el problema”. Lo que ocurre es que en vez de arreglarse empeora día a día.
Y el cabreo de Cospedal
Mientras arrecian las críticas internas hacia Cospedal por la forma en la que está gestionando ‘la bomba Bárcenas’ a su vez la secretaria general del PP está cabreada porque “quienes le critican no aportan soluciones, que digan ellos o ellas como manejarían este asunto”, señalan desde el entorno de la número 2 del partido. Ella reclamó el control total del partido y por eso ahora le pasan la pelota. Es obvio que el PP no controla el ‘asunto Bárcenas’ y que es el ex tesorero quien marca la agenda del partido; pero además Bárcenas ya ha provocado un deterioro brutal interno y externo de Cospedal, porque la imagen de la presidenta de Castilla La Mancha sufre un deterioro brutal. La rueda de prensa de la “indemnización en diferido” y la “simulación de lo que antes era una retribución” le perseguirá para siempre. Pocas horas después de esa inaudita rueda de prensa Bárcenas se fue al juzgado para denunciar al PP por despido improcedente y se apuntó al Paro. De nuevo el PP queda como un partido mentiroso y de nuevo Bárcenas demuestra que va a por Cospedal. Obviamente el deterioro de la imagen del PP también es muy serio. Y muy grave el enfrentamiento interno entre Gobierno y partido.
Mientras arrecian las críticas internas hacia Cospedal por la forma en la que está gestionando ‘la bomba Bárcenas’ a su vez la secretaria general del PP está cabreada porque “quienes le critican no aportan soluciones, que digan ellos o ellas como manejarían este asunto”, señalan desde el entorno de la número 2 del partido. Ella reclamó el control total del partido y por eso ahora le pasan la pelota. Es obvio que el PP no controla el ‘asunto Bárcenas’ y que es el ex tesorero quien marca la agenda del partido; pero además Bárcenas ya ha provocado un deterioro brutal interno y externo de Cospedal, porque la imagen de la presidenta de Castilla La Mancha sufre un deterioro brutal. La rueda de prensa de la “indemnización en diferido” y la “simulación de lo que antes era una retribución” le perseguirá para siempre. Pocas horas después de esa inaudita rueda de prensa Bárcenas se fue al juzgado para denunciar al PP por despido improcedente y se apuntó al Paro. De nuevo el PP queda como un partido mentiroso y de nuevo Bárcenas demuestra que va a por Cospedal. Obviamente el deterioro de la imagen del PP también es muy serio. Y muy grave el enfrentamiento interno entre Gobierno y partido.
Fuente: elplural.com