Los precios de los servicios se disparan, liderados por una subida de la Universidad del 23,2%
El IPC de agosto es un indicador sin aparentes
sorpresas. Hace ya dos semanas se adelantó que los precios habían subido
en el mes estival por antonomasia en un 1,5%, dato que se confirmó el
miércoles. Pero su análisis por componentes arroja algunas cifras para
la alarma. La primera de ellas viene en la partida de la educación. El
precio de la Universidad ha subido de media un 22,3%, reflejando así las
nuevas tasas con las que estrenan el curso los estudiantes.
La educación infantil y la educación secundaria suben también más que
la media de los precios, un 2,8% y un 3,1%. En un momento en el que la
subida media de los salarios está pactado en un 0,6%, es evidente que el
esfuerzo de las familias por invertir en educación es cada vez más
elevado.
Estos no son los únicos precios en sectores
regulados que registran cambios en el último año muy por encima de la
media de los precios. El transporte público urbano (4,7%) e interurbano
(3,4%), engordan la lista de servicios públicos a los que a los
ciudadanos, con o sin empleo, les es cada vez más difícil acceder.
También los medicamentos siguen arrastrando la subida de los precios de
la reforma -conocida como el medicamentazo- y en el año suben un 8%.
Esta batería de subidas se completa con la inopinada subida de la
electricidad en agosto, que tras la aprobación de una orden ministerial
enmarcada en la reforma energética, repuntó un 3,3%.
Patatas y fruta por las nubes
Otras partidas del índice de precios han sufrido unas revaloraciones
desorbitadas en los últimos 12 meses. Destaca el precio de las patatas,
un alimento desafortunadamente conocido por ser el más típico de las
dietas de personas con escasos recursos. El tubérculo se ha apreciado en
un 31% en un solo año.
Los alimentos han retornado
la peligrosa senda de las subidas, liderados por la apreciación de las
frutas frescas que han disparado su precio en un 26%. En agosto esta
partida fue la que tuvo más impacto en la evolución de los precios al
alza. Esta subida recuerda peligrosamente a la que tuvo lugar en los
primeros compases de la crisis en 2008, cuando diferentes factores se
aliaron para calentar el precio de los alimentos, coincidiendo,
desafortunadamente, con uno de los mordiscos más desgarradoras de la
crisis.
Las rebajas en prendas y calzado de finales
de temporada han sido las que han contenido los precios en el último mes
ejerciendo de contrapeso a las subidas de los sectores regulados.
Fuente: eldiario.es