Cuando todos pierden
B.G.R. / Burgos - viernes, 25 de enero de 2013
Rebajas salariales, aumento de las jornadas, subida de
impuestos... El año de los recortes y ajustes no ha dejado indiferente a
nadie
Pocos se salvan de la crisis, aunque la losa caiga de manera más
implacable en unos que en otros. Las cifras del paro dejan al
descubierto realidades en ocasiones dramáticas, mientras que muchos de
lo que aún conservan su trabajo se enfrentan a reducciones o
congelaciones salariales, además de un aumento de las jornadas
laborales. Y todo ello con subidas de impuestos que hacen mermar el
poder adquisitivo ante el incremento de la inflación, que cerró 2012 en
el 2,9% en España y en el 3,3% en Burgos.
En el año de la recesión, los ajustes y los recortes, el sentir generalizado de los delegados sindicales es que las empresas tocadas por la tormenta económica «están recortando los salarios», y las que se salvan, bien porque se mantienen o incluso crecen levemente, «se aprovechan de la situación para sacar lo que pueden». «En algunas se está facturando incluso más que el año pasado. Y si con estos resultados hace cuatro años se firmaban convenios del IPC más un 0,5%, ahora no tiene sentido que ahora se intente congelar los sueldo. Es algo que no se entiende», explica el secretario de Acción Sindical de UGT, Roberto Gómez.
Otra situación que, según este sindicalista, se repite es el hecho de que las empresas se «descuelgan» de los convenios colectivos para incorporar el marco, que normalmente recoge peores condiciones que el propio. «Con cuatro datos negativos es suficiente para justificarlo», agrega Gómez en referencia a la posibilidad abierta desde la nueva reforma laboral, que, por otro lado, según manifiesta, «no ha creado empleo sino más bien todo lo contrario».
«Hay mucha presión por parte de las empresas para reducir las condiciones de los trabajadores», subraya el representante de UGT. No obstante, prefiere no aventurar una cifra media de rebaja salarial en el ámbito privado puesto que «no sería real» ya que hay muchos convenios «sin negociar». En este punto se limita a asegurar que en muchos casos se parte de la «congelación y a partir de ahí se quitan derechos logrados durante décadas por los trabajadores».
En definitiva, «trabajar más cobrando menos», precisa Gómez sin
olvidarse de la situación de los empleados públicos, que han visto cómo
desaparecía la extra de Navidad, que supone entre el 7% y el 8% de sus
ingresos anuales, y aumentaba su jornada laboral. En este caso, la
medida supuso un ahorro de 50 millones de euros en el conjunto de las
administraciones públicas de Burgos (incluida la UBU), pero también una
pérdida de poder adquisitivo que ha repercutido de forma negativa en
otros sectores como el comercio.
No será hasta noviembre de este año cuando se conozca el Informe del Mercado de Trabajo que elabora Hacienda sobre la evolución de los salarios en 2012. En 2011, Burgos fue una de las diez provincia donde los sueldos no cayeron respecto al ejercicio precedente. Sin embargo, para el año que acaba de terminar se espera una bajada de entre el 2 y el 3%, que algunos colectivos, como el de los empleados de la enseñanza concertada han visto incrementada hasta el 4,5%. De igual forma, los trabajadores del convenio de hospitalización privada (en torno al millar) han acordado una congelación de sus nóminas hasta 2016 y Bridgestone ha planteado lo mismo hasta 2018, algo que se tendrá que negociar en breve.
La situación no tiene visos de cambiar, a tenor de las noticias que van
apareciendo este mes de enero. Ayer, sin ir más lejos, los trabajadores
de los grandes almacenes se concentraron en varias ciudades en contra
de ampliar su jornada laboral, vincular el salario a la evolución del
consumo, eliminar una paga extra y los complementos de domingos y
festivos.
Fuente: Diario de Burgos
Fuente: Diario de Burgos