7 de cada 10 edificios de Gamonal presentan grietas y humedades
C.M. / Burgos - miércoles, 17 de julio de 2013
Informe. La labor de campo se ha extendido a 60 inmuebles y ha incluido las barriadas Inmaculada y Militar y los barrios G-9 y G-3
Las necesidades de vivienda para acoger el éxodo rural hacia la ciudad que se produjo en los años 60 y 70 disparó la construcción en antiguo pueblo de Gamonal, que luego se transformaría en el barrio al anexionarse a Burgos, sin planificación alguna y después se extendió en los 80 y 90 a la barriada Illera, el G-9 y el G-3 alcanzando una elevada densidad edificatoria con grandes y altos bloques pisos.
Esa vorágine constructora hizo que en muchos casos no se emplearan materiales de suficiente calidad, prueba de ello es que entre los años 40 y 80 la zona de Gamonal acaparó el 34,1% de las viviendas de nueva promoción que se levantaron en la ciudad.
El paso del tiempo ha hecho mella en estos edificios y más de un 70% presenta grietas y humedades, es decir siete de cada diez, como pone de manifiesto un estudio patológico elaborado por tres técnicas del Máster en Inspección y Restauración, Rehabilitación y Eficiencia Energética que imparte la Universidad de Burgos.
El informe ha seleccionado 60 edificios ubicados en Gamonal, pero también en las barriadas Militar e Inmaculada, G-9 y G-3 y la toma de datos se ha realizado desde el exterior teniendo en cuenta la tipología edificatoria y la edad. Las arquitectas técnicas han realizado una ficha de cada uno de ellos en el que se recoge su año de construcción, las patologías que presenta, su posible reparación y si existen riesgos, así como una fotografía.
Resultados
Del análisis de los resultados obtenidos se desprende que un 83% de los inmuebles sufren lesiones de tipo mecánico, es decir deformaciones, grietas o desprendimientos, mientras que el 57% presentan humedades, suciedad y erosión (lesiones físicas) y el 23% oxidación o erosión (lesiones químicas). Además, del total de edificios que tienen lesiones físicas, el 76% son humedades, quedando la suciedad y la erosión con porcentajes mucho menores, 20 y 35%, respectivamente.
Por el contrario, las grietas están presentes en el 78% de las casas que tienen lesiones mecánicas y la mitad de ellas sufren desprendimientos, mientras que en menor medida se han encontrado deformaciones. «Nos sorprendió la cantidad de patologías que hemos encontrado. Lo que más se ve son las grietas y el problema es que por mucho que se sellen se siguen viendo. Se da la circunstancia de que muchas de ellas selladas y estables, es como el que tiene una cicatriz en la cara, que por mucho que estés curado, la marca sigue ahí, pero es lo que más se da junto con las humedades», apuntó Juana Salvador, autora del estudio patológico junto a Belén Lozano y Noelia Cristóbal.
También existe una relación entre las grietas y el tipo de acabado porque están presentes en el 98% de los edificios de ladrillo caravista debido a que este material es el más utilizado (88% de inmuebles frente al 17% de enfoscados y 7% de otros materiales). «Eliminar una grieta en un ladrillo caravista es complicado porque sigue marcada, pero hemos observado que las de mayor gravedad están selladas y/o cosidas por anclajes y los problemas mejor o peor están controlados, pero siguen visibles. Habría que eliminar el defecto estéticamente, lo que supondría sustituir el ladrillo caravista, lo que sería una locura e inviable económicamente», añadió la técnico.
Por lo que se refiere a la barriada Militar, los edificios presentan lesiones similares. Fundamentalmente, se han detectado humedades, erosiones y desprendimientos del revestimiento exterior y pintura.
En la barriada Inmaculada, las autores distinguen entre viviendas unifamiliares y colectivas. En las primeras hay humedad, suciedad y presencia de organismos, mientras que en las colectivas el problema está en los revestimientos, que se están desprendiendo. Finalmente, en el G-3 priman las grietas sobre el resto de lesiones y todas en ladrillo caravista.
Las autoras del estudio han clasificado las lesiones en función del riesgo que presentan para el edificio en sí o para terceros. En el 67% de los casos tienen un riesgo bajo, pero que no ser reparadas pueden acarrear problemas mayores, mientras que el 23% restante pueden causar daños a terceros. «Si se cae una pieza al edificio no le pasa nada, pero sí le puede ocurrir algo que pasa por debajo. Se han observado desprendimientos de muchas plaquetas, de forjados y de petos. Es cierto que en algunos se han cosido porque podría ser un peligro y muchas comunidades de propietarios han actuado, aunque otras no», apuntó.
Fuente: Diario de Burgos