Fernando Gómez: «La decisión del jurado no incumple las bases»
I.L.H. / Burgos - domingo, 28 de octubre de 2012
El presidente del IMC no cree que la polémica por la elección de un texto que no estaba en la lista de los preseleccionadores influya en el prestigio de un concurso «de calidad contrastada»
Ni inquieto, ni preocupado, ni disgustado. Fernando Gómez, presidente
del Instituto Municipal de Cultura, institución que organiza el
XXXIX Concurso de Poesía Ciudad de Burgos, asegura «respetar las
posturas de los preseleccionadores y del jurado» sin que la polémica le
quite el sueño porque cree que «al concurso y al jurado les avala una
trayectoria de calidad contrastada».
El revuelo del que ayer dábamos cuenta en este periódico nace del disgusto de quienes se han encargado de leer todos los poemarios presentados (141) y hacer una criba con los que consideraron más interesantes (11) para que de entre ellos elija el jurado, que se supone no dispone del tiempo necesario para leerse todos. Sin embargo, el texto ganador de la edición número 39 ha sido rescatado del total de poemarios presentados sin tener en cuenta, por tanto, el trabajo previo de Ricardo Ruiz y Pedro Olaya.
«El jurado tiene absoluta libertad para decidir qué trabajo es el premiado. Nuestra misión como IMC es optar por el mejor jurado, que en este caso está suficientemente refutado en los campos artísticos, literarios y editoriales, y que ellos decidan sin que les demos ninguna indicación. Mantenemos el máximo respeto sobre su decisión porque son personas con una trayectoria consolidada», añade Fernando Gómez.
Presupuestos lógicos al margen, en cuanto a la actitud del jurado (lo preside Luis García Montero y le acompañan Joan Margarit, Jesús Jiménez, Chus Visor y Jesús Morante) de rescatar un texto que no estaba en la selección final, el concejal de Cultura se atiene a que no incumple las bases (en realidad las bases no dicen ni que se pueda hacer, ni lo contrario).
A partir de ahí Gómez reconoce que las valoraciones «son subjetivas» y que «casi todos los fallos se cuestionan». Para defender que el prestigio del Premio Ciudad de Burgos no corre peligro se aferra a la trayectoria «impecable» del certamen y a la «calidad» de los poemarios de años anteriores».
El presidente del IMC no ve, por tanto, que esta polémica afecte al futuro del concurso: «El prestigio se mantiene porque no me cabe duda de que el poemario premiado tiene calidad. No va a sufrir con estas discrepancias porque el texto elegido (de Daniel Rodríguez Moya) está entre los 141 presentados».
Por último, asegura que ya trabajan en la edición número 40 del concurso y que la polémica actual «no nos induce a decir que para el año que viene vayamos a cambiar al jurado, ni lo contrario».
Fuente: Diario de BurgosEl revuelo del que ayer dábamos cuenta en este periódico nace del disgusto de quienes se han encargado de leer todos los poemarios presentados (141) y hacer una criba con los que consideraron más interesantes (11) para que de entre ellos elija el jurado, que se supone no dispone del tiempo necesario para leerse todos. Sin embargo, el texto ganador de la edición número 39 ha sido rescatado del total de poemarios presentados sin tener en cuenta, por tanto, el trabajo previo de Ricardo Ruiz y Pedro Olaya.
«El jurado tiene absoluta libertad para decidir qué trabajo es el premiado. Nuestra misión como IMC es optar por el mejor jurado, que en este caso está suficientemente refutado en los campos artísticos, literarios y editoriales, y que ellos decidan sin que les demos ninguna indicación. Mantenemos el máximo respeto sobre su decisión porque son personas con una trayectoria consolidada», añade Fernando Gómez.
Presupuestos lógicos al margen, en cuanto a la actitud del jurado (lo preside Luis García Montero y le acompañan Joan Margarit, Jesús Jiménez, Chus Visor y Jesús Morante) de rescatar un texto que no estaba en la selección final, el concejal de Cultura se atiene a que no incumple las bases (en realidad las bases no dicen ni que se pueda hacer, ni lo contrario).
A partir de ahí Gómez reconoce que las valoraciones «son subjetivas» y que «casi todos los fallos se cuestionan». Para defender que el prestigio del Premio Ciudad de Burgos no corre peligro se aferra a la trayectoria «impecable» del certamen y a la «calidad» de los poemarios de años anteriores».
El presidente del IMC no ve, por tanto, que esta polémica afecte al futuro del concurso: «El prestigio se mantiene porque no me cabe duda de que el poemario premiado tiene calidad. No va a sufrir con estas discrepancias porque el texto elegido (de Daniel Rodríguez Moya) está entre los 141 presentados».
Por último, asegura que ya trabajan en la edición número 40 del concurso y que la polémica actual «no nos induce a decir que para el año que viene vayamos a cambiar al jurado, ni lo contrario».