Más de 2,5 millones de euros al año para pagar los puestos "a dedo"
R. Travesi / Burgos - domingo, 28 de octubre de 2012
Ayuntamiento. Hay 19 personas con cargos de libre disposición y de confianza, los mismos que existían en 2010. Diputación. Son 13, que van desde el interventor y el tesorero hasta muchos jefes de servicio y el coordinador de residencias
Las administraciones requieren de personas para prestar los servicios.
Es personal público. Funcionarios, laborales e interinos con una
formación cualificada, que está al servicio de la institución y, por
tanto, de los intereses de los ciudadanos. Además, desarrolla su labor
con responsabilidad, imparcialidad y objetividad, independientemente del
partido político que gobierne en cada momento. Hasta aquí todo normal
pero el problema surge cuando hay puestos, casi siempre los más altos,
que se rigen por otros criterios y son nombrados ‘a dedo’. Tal cual. La
elección de los cargos de libre designación es un procedimiento legal
recogido en la provisión de puestos de trabajos en el sector público y
del que todas las administraciones, sean de color que sean, hacen uso.
Una situación que siempre despierta malestar y críticas entre los
partidos de la oposición pero también entre los propios ciudadanos y los
sindicatos. Sobre todo, en un momento como el actual en que los
recortes se ceban con el personal público, con rebaja de sueldos,
amortización de plazas y despido de personal interino.
Pero no siempre es fácil calcular el número de personas que ocupa un
puesto de libre designación, pese a que la relación de puestos de
trabajo del personal laboral y funcionario (RPT) de cada institución
debe ser publicada en Boletín Oficial. El Ayuntamiento de Burgos cuenta
con 19 cargos elegidos a dedo y de confianza mientras que en la
Diputación son 13. En el caso de la institución provincial, son los que
aparecen en la RPT, del Boletín de la Provincia del 1 de agosto.
Mientras que en el Consistorio de la capital son cálculos de Comisiones
Obreras (CC OO), puesto que no hay detalle alguno de los empleados
municipales de libre designación.
Ambas administraciones destinan cada año unas partidas que superan los
2,5 millones de euros para pagar a estos cargos. A esta cantidad hay que
sumar las nóminas de los auxiliares administrativos del personal
adscrito a cada partido político con representación y que también abonan
el Ayuntamiento y Diputación. Bien es cierto que pese a que son otras
13 personas tienen un sueldo nada comparable con los altos cargos ya que
son de poco más de mil euros al mes.
El alcalde de Burgos, Javier Lacalle, apuntaba en una reciente
entrevista a este periódico que el tema de los puestos de libre
designación no aportaba nada desde el punto de vista cuantitativo. «Las
personas que ocupan estos cargos son funcionarios de carrera que cubren
la plaza o por oposición o por libre designación. Si mañana cambiamos la
relación de puestos de trabajo y donde pone LD (libre disposición)
ponemos CO (concurso oposición) no cambia nada desde el punto de vista
económico, porque el funcionario seguirá cobrando exactamente lo mismo»,
afirmaba. Y añadía que le parecía curioso que hablaran de estos asuntos
personas que habían creado estos puestos.
En cuanto a los cargos de confianza, Lacalle aseguraba que Burgos es de
los ayuntamientos, con 180.000 habitantes, que menos tenía en Castilla y
León y en España. Citaba solo los casos del Gabinete de Alcaldía y el
jefe de Prensa.
En cambio, el concejal del Partido Socialista, Carlos Mahamud, muestra
su rechazo a este tipo de cargos porque su elección supone un incremento
muy significativo de su salario respecto al de su puesto normal
anterior, ya que ahí está el atractivo. A su juicio, en un momento
actual de estrecheces económicas para las arcas locales prescindir de
muchas de estas personas ahorraría importantes cantidades.
Pero Mahamud ofrece más argumentos como que siempre hay un «peligro»
del trabajador nombrado a dedo. «Cabe la posibilidad de que gente de
confianza que nombra el equipo de Gobierno pueda perder la objetividad
al existir esa relación», precisa. Además, considera que es un
«desprecio» a los funcionarios que trabajan en el Ayuntamiento y una
«falta de confianza» en la plantilla existente. De ahí que se pregunte
por qué no abren un proceso interno que permita que los funcionarios
opten a esas plazas.
El Partido Castellano (PCAS-Burgos) calcula que los cargos de libre
designación y de confianza rondan la treintena en el Ayuntamiento y que
suponen un desembolso de 2 millones de euros. Hace unos meses, tal y
como explica Domingo Hernando, solicitaron la eliminación de todos esos
puestos ya que sus funciones podían ser realizadas sin la menor
dificultad por el personal funcionario y laboral del Consistorio. Era
una de las medidas de austeridad que exigía al equipo de Gobierno porque
«Lacalle no puede reclamar a la ciudadanía austeridad, subida de tasas e
impuestos municipales, o recortes en la prestación de los servicios
municipales, mientras los privilegiados ediles del Ayuntamiento y los
numerosos cargos de libre designación, elegidos a dedo por criterios
políticos y no por razones técnicas o laborales, continúan disfrutando
de prebendas y retribuciones muy alejadas del burgalés medio».
El responsable de la Federación de Servicios a la Ciudadanía de CC OO,
Ángel Citores, afirma que «no tiene sentido mantener esos puestos con
esos salarios» y aboga porque esas plazas salgan en concursos
reglamentarios y con un salario acorde. «El mantenimiento de cargos de
libre designación casa muy mal con las bajadas de sueldos al personal
público, el despido de interinos y el no cubrir vacantes», manifiesta.
Es algo que viene de lejos y que su sindicato siempre ha criticado con
los equipos de Gobierno de diferentes partidos, aunque reconoce que el
número aumentó desde la etapa de Aparicio. En su momento, dice que la
elección de estos puestos era para tener los mejores técnicos pero,
añade, que no ve normal que haya tantas diferencias de sueldos entre los
puestos básicos y los de alto rango.
Fuente: Diario de Burgos
Fuente: Diario de Burgos