Abajas colapsa y la basura empieza a ser acumulada encima del vaso ya repleto
Á.M / Burgos - sábado, 28 de diciembre de 2013
El "agujero" construido para acoger los rechazos de toda la provincia durante una década está lleno y todavía no se ha recibido licencia para su ampliación. Además, está embargado
Lo del vertedero de Abajas es serio. La situación que se vive en el ‘basurero’ donde se entierran los rechazos no recuperables de toda la provincia es extrema y cada día se complica más a cuenta de un rocambolesco catálogo de calamidades que han empujado a las instalaciones al lugar al que nunca debió llegar: a estar lleno y almacenar basura «en vertical». Por partes.
En noviembre de 2012 expiró el contrato de 10 años firmado entre el Ayuntamiento y la UTE (Arranz, Copsa y Acciona) que gestiona el vertedero. Llegado ese momento, y según el contrato, el terreno pasaba a ser propiedad municipal y sería la Concejalía de Medio Ambiente la que licitara de nuevo la explotación buscando la opción más conveniente para la ciudad (hoy ya para todo el Consorcio de Residuos).
Sin embargo, aquella operación no se hizo así y las deudas de una de las empresas (Arranz) con Hacienda, con la Seguridad Social y con un Juzgado de lo Social provocaron que, en junio, se procediera a embargar el vertedero sin haberlo inscrito a nombre del Ayuntamiento. El por qué se permitió llegar a esa situación es algo que sigue sin respuesta pese a las críticas que realizó en su momento la oposición.
Pero quizás eso no sea lo más grave. Al no haber actuado en tiempo y en forma, no se tramitó con la Junta de Castilla y León la pertinente licencia para abrir un nuevo vaso de vertido. El actual tenía capacidad para una década y... Sí, ya está lleno. Estos es, que no cabe más basura, pero sigue llegando más basura. ¿Y entonces?
«El vaso está lleno y se está depositando en vertical, de forma que cuando se pueda hacer la ampliación se eche allí el sobrante actual», reconoce la concejala de Sanidad y Medio Ambiente, Carolina Blasco. La misma edil ‘popular’ explica que, ante la situación ya descrita, la propia Junta ofreció al Ayuntamiento una salida temporal.
Los permisos
Se trata de solicitar una ampliación del 15% de la capacidad del vaso actual (una obra que hay que hacer). Así se hizo en febrero pero todavía no se ha recibido el visto bueno del Ejecutivo regional. Es la propia UTE la que está tramitando esa modificación de la licencia inicial y esta misma semana ha habido otra reunión en Valladolid para analizar el avance de la concesión de los permisos. «La Consejería (de Medio Ambiente) ha solicitado información complementaria sobre la red de lixiviados y sugiere algunas mejoras que se pueden realizar sin problema, así que la tramitación continúa», resume Blasco del contenido de ese encuentro. Eso significa que la UTE no tiene licencia para ejecutar la ampliación del 15%.
Sin embargo, en la propia Concejalía reconocen tener constancia de que sí se está avanzando en ese sentido. Primero se habló de realizar la impermeabilización de la ampliación y después la cosa se quedó en «hacer canalizaciones». Sea como fuere, si se están ejecutando esas obras serían ilegales. Y si se vertiera fuera del vaso también se conculcarían varias leyes. Así que el asunto no es ninguna broma.
Prueba de ello es que la Junta no va a saltarse paso alguno en la modificación de la licencia. De hecho, hace ya meses que solicitó al Ayuntamiento que pusiera por escrito que avala la gestión que está realizando la UTE.
Así que, resumiendo, el vertedero está embargado porque una de las empresas que lo explota debe dinero. Al entrar en esa situación, el Ayuntamiento no puede registrar la propiedad y proceder a convocar un nuevo concurso, lo que de facto le garantiza a la UTE que ha provocado el problema seguir prestando un servicio que ya no tiene cobertura contractual y cobrar por ello.
A más, la UTE se adjudica también la obra de ampliación del 15% del vaso, una actuación que ya debería estar hecha pero que no tiene licencia. Como no hay permiso, no hay ampliación, y como no hay ampliación pero la zona de vertidos está totalmente saturada (y gracias a la crisis, que ha generado la llegada de menos residuos), lo que se hace es apilar la basura sobrante hasta que se pueda ampliar el ‘basurero’. Todo muy diligente, sin duda.
Fuente: Diario de Burgos